El camino de lo genuino se recorre también en compañía

Roberto, Gorka y Juan Antonio se unen para dar forma a Sínodo Vitivinícola, un proyecto singular en viñas únicas

Por Sergio Moreno | Fotos Sonia Tercero

A la carrera tuvo que volver Gorka Etxebarria de sus vacaciones. Se marchó con dudas y finalmente su regreso anticipado es un ejemplo más de lo que les ha pasado a muchos viticultores de Rioja. «Este año se ha adelantado mucho la vendimia. Y tuve que volver antes de tiempo». Lo reconoce en Los Tollos, una viña de 2.400 metros cuadrados situada a 430 metros de altitud en el término municipal de Villamediana, a medio camino entre esta localidad dormitorio y la subida vertiginosa hacia La Rad.

A su lado está Roberto Monforte, que es de Villamediana y fue el encargado de rescatar (es decir comprar) esta viña tan singular antes de que fuera arrancada. «Logramos salvar este tempranillo plantado en 1982, justo a tiempo, pero no llegamos a las que le rodeaban. Fue una pena», explica Monforte, orgulloso guardián de este patrimonio natural de Villamediana.

Gorka, Roberto y Juan Antonio (tercer socio de este proyecto singular) forman un equipo perfecto que busca desde 2014 con Sínodo Vitivinícola elaborar vinos únicos procedentes de viñedos muy especiales con el máximo respeto a su ‘terroir’ y al concepto de cosechero y su bodega tradicional. Para ello miman personalmente las uvas para estar de forma constante en contacto directo con el proceso en bodega desde la vendimia hasta la comercialización del vino, algo que resulta complicado a mayores escalas. «Sabemos que con esto no nos vamos a hacer ricos. Es más, no es nuestro objetivo. Lo que buscamos es hacer vinos muy especiales de zonas muy concretas de Rioja», indica Roberto Monforte.

Desde la uva de Los Tollos, Sínodo Vitivinícola pretende desde la primera vendimia que afrontaron en 2015 que «la viña se exprese en toda su plenitud». Y lo está haciendo. Sínodo Los Tollos es «un vino de gran longevidad» que surge de unas uvas con las que se lleva trabajando en esta viña desde 2014. Los Tollos estaba casi abandonada, «por tanto el primer trabajo que hicimos fue dejar poca carga para lograr vigor, teniendo en cuenta que estamos en un suelo que retiene poca agua. Así que decidimos implantar el riego por goteo».

Desde entonces, esta viña ofrece una uva «de gran calidad, con una sanidad espectacular porque estamos en una zona con mucha ventilación», remarca Gorka Etxebarria.

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