La Taconera es el referente dentro de los vinos de Javier San Pedro Ortega
Por Iñaki García | Fotos Justo Rodríguez
Tenía solo 17 años cuando Javier San Pedro Ortega adquirió su primera viña. De nombre ‘La Taconera’, esa parcela es la que el joven viticultor ha solicitado incluir dentro de la categoría ‘viñedos singulares’ de la Denominación de Origen Rioja.
San Pedro Ortega representa la quinta generación de una familia de viticultores y ha sido elegido por la web Economía Digital como uno de los jóvenes que cambiará el sector en el futuro. Su proyecto también es joven, pero su recorrido en el mundo del vino es amplio, ya que se ha criado rodeado de barricas
Se trata de una parcela de 0,4 hectáreas de extensión. «Según un estudio del Consejo Regulador, es una de las cuarenta viñas más viejas de la DOCa Rioja», afirma San Pedro Ortega. El trabajo en ella no ha sido, ni mucho menos, sencillo puesto que durante los tres primeros años no se pudo vendimiar. «Tuvimos muchos problemas de oídio», recuerda el viticultor. «Así, la primera vinificación no se realizó hasta el 2011 y la comercialización arrancó en el 2012», añade.
Cada año, de esa parcela se sacan entre 700 y 1.000 botellas como mucho. «Y todo el trabajo se hace a mano, incluida la selección grano a grano a la hora de meter la uva en el depósito», destaca el viticultor de Laguardia. «Necesitamos una hora para completar una caja de 18 kilos», apostilla San Pedro Ortega, quien se muestra a favor de la implantación de la categoría ‘viñedos singulares’ en Rioja. «No en vano, nosotros hemos estado trabajando en esa línea durante mucho tiempo», indica. ‘La Taconera’, de hecho, se incluye dentro de una línea especial de nombre ‘La viuda negra’, que ya está en el mercado.
Estas novedades en el Consejo Regulador coinciden además con otra en el recorrido profesional de Javier San Pedro Ortega, puesto que ya está en marcha la construcción de su nueva bodega. Será un nuevo paso en un trayecto que comenzó con ‘La Taconera’.
Bodegas Javier San Pedro
El vino. 100% tempranillo. Crianza y fermentación maloláctica en barricas de roble francés durante 16 meses y 3 trasiegas.
El viñedo. 0,4 hectáreas. Cada año, entre 700 y 1.000 botellas.