El origen como diferencia

Finca La Emperatriz cuenta con la historia como principal singularidad de sus vinos

Por Diego Marín| Fotos D.M.

Finca La Emperatriz ya define sus viñedos como ‘singulares’ y los clasifica como vinos de parcela en su catálogo comercial. A primera hora de la mañana es fácil ver jabalíes y corzos en sus viñas, situadas en Baños de Rioja, al límite de la DOC. Más allá de este terreno no está amparado el cultivo de vid. Pero es que, además, su finca cuenta con historia, de hecho, aparece citada en el catastro del marqués de la Ensenada.

Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, emperatriz de Francia, era propietaria de estos viñedos en el siglo XIX y en 1878 presentó uno de sus vinos a la Exposición Universal de París, resultando premiado. En base a esa curiosidad histórica la familia Hernaiz trabaja la finca que adquirió en 1996. El proyecto que lideran los hermanos Víctor y Eduardo Hernáiz es elaborar vinos de calidad.

«Eugenia de Montijo era la mujer más poderosa de Europa en aquella época y ya en 1855 mandó establecer la clasificación en Crus de Burdeos, así que lo que estamos haciendo nosotros ahora en Rioja lo hicieron ya allí en el siglo XIX», explica Eduardo Hernaiz. La zona de los viñedos de Finca La Emperatriz, que ocupa 100 hectáreas (80 de ellas plantadas con viña), es fría, con clima más atlántico y continental, y el suelo es pedregoso, lo que «marca mucho la personalidad de nuestros vinos», afirma Eduardo.

«Todos los vinos que hacemos son ‘de finca’», expone Eduardo, quien añade estar «encantado con la nueva categorización en Rioja» por ser «necesaria»: «No es el punto final sino el de partida, pero un paso que había que dar».

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