Bodegas Castillo de Cuzcurrita anterior siguiente

La historia convertida en un vino moderno y con prestigio

Bodegas Castillo de Cuzcurrita supone el auténtico concepto francés de ‘château’

Por D.Marín

Bodegas Castillo de Cuzcurrita es un paraíso. Sin duda corresponde al concepto francés de ‘château’ puesto que cuenta con un castillo del siglo XIV y viñedos en sus instalaciones, además de bodega, en la misma ribera del río Tirón. Por si fuera poco su encanto, cuenta con una colección de arte propia en la que destacan seis cuadros de la serie ‘Grapes’ de Andy Warhol. Nos encontramos ante un concepto especial no sólo respaldado como viñedo singular, también por la belleza del paisaje.

En 1999, un grupo empresarial formado por varias familias de origen riojano compró este vestigio del antiguo Señorío de Cuzcurrita y la primera añada que lanzaron al mercado fue al año siguiente, un vino elaborado únicamente con las uvas de la parcela del castillo, La Cerrada. En el 2005 se inauguraron las nuevas instalaciones de la bodega, con capacidad para producir hasta 200.000 botellas, aunque actualmente se elaboran 120.000, emprendiendo el proyecto de elaborar «vinos de estilo moderno con uvas de la zona, con al menos un año de crianza en barricas de no más de cuatro años y otros cuatro en botella», explica la enóloga Ana Martín.

El gerente de Castillo de Cuzcurrita, Juan Díez del Corral, y la enóloga Ana Martín

El gerente de Castillo de Cuzcurrita, Juan Díez del Corral, y la enóloga Ana Martín

No usan bombas, emplean la gravedad para la trasiega del vino y la fermentación maloláctica la procuran en barrica, aunque disponen de depósitos de hormigón y acero. «Cuando el año es excepcional, seleccionamos parte de la viña El Cerrado para hacer el vino Cerrado del Castillo», describe Ana Martín. Señorío de Cuzcurrita, Cerrado del Castillo y Tilo son los tres vinos de Bodegas Castillo de Cuzcurrita, pero sólo en el 2013 elaboraron los tres al considerar particularmente que contaban con una muy buena añada. «Desde el año 2000 los trabajamos como ecológico y con el mismo concepto de ‘viñedos singulares’ y vino de pueblo, porque ese es el modelo de negocio. El vino se llama Cerrado porque aquí, en el pueblo, esta finca se conoce como Cerrado Grande, Cerrado Viejo y Cerrado de la Arena», apunta Ana.

«No nos hemos hecho ecológicos por moda sino porque se puede hacer», asegura la enóloga. La historia forma parte de la filosofía y de la labor de la bodega Castillo de Cuzcurrita. Por eso Ana Martín considera que «Rioja tiene que hacer algo porque, si no, una bodega como la nuestra... ¿dónde se mete? No tenemos nada en común con muchas de las bodegas grandes». De esta manera logran «una singularidad, que es lo que tratamos de transmitir». De hecho, ahora pueden presumir de vender todo el vino que producen.

«Al estilo de los Reservas»

Los propietarios de Bodegas Castillo de Cuzcurrita no viven de este negocio como tal pero consideran que les da «prestigio». Por eso desearon elaborar «un vino no joven, al estilo de los reservas, con crianza», describe Ana Martín. El resultado es Señorío de Cuzcurrita, un vino que encaja dentro de la categoría de ‘viñedos singulares’, elaborado sólo con tempranillo (aunque cuentan con algo de garnacha «que no llega a madurar»). Pero Cerrado del Castillo es un ‘viñedo singular’, aunque todos sus vinos podrían encajar en esa categoría y en la de ‘vinos municipales’.

Cerrado del Castillo

Castillo de Cuzcurrita

Variedad: 100% tempranillo.
Elaboración: dos años en barrica y tres en botella.
Añada: 2017.
Precio: 40/45 €.