Juan Carlos Sancha recupera viejas garnachas en Baños: «Llegué a tiempo para algunas pero tarde para otras»
Por Sergio Moreno | Fotos Justo Rodríguez
Se lanza la viña hacia abajo o trepa a duras penas hacia arriba; claro, todo según se mire. Lo hacemos desde un mirador con pérgola en forma de octógono donde Juan Carlos Sancha tiene a la vista las viejas, centenarias, parcelas de garnacha que poco a poco va recuperando. El mirador es lo único nuevo de este entorno natural irreemplazable, único, que ha captado la atención de los principales medios internacionales. Quieren captar lo que es único, historia viva de Rioja, la esencia misma de lo singular... Es el Cerro La Isa en Baños de Río Tobía, una pequeña parcela de viña que a punto estuvo de ser arrancada: «Llegué a tiempo, o llegué tarde, según se mire», como su viñedo, que sube o baja dependiendo desde donde se observe. En una pendiente de más del 35% de desnivel, esta joya de Rioja ofrece 2.500 kilos de producción por hectárea a 700 metros de altura. «Los abuelos ponían viñas en lo más alto porque era el único cultivo que aguantaba, pero las fueron arrancando porque dejaron de ser rentables». Juan Carlos Sancha llegó a tiempo de salvar este patrimonio, de su propio pueblo, pero quizás tarde para haber salvado más. «Allí arriba se arrancaron, todas esas terrazas tenían viñas». Lo dice con pena, pero lo entiende. «Es normal, no era rentable». De ahí que sea tan importante para Rioja el paso que se está dando hacia la protección y rentabilidad de estos tesoros de nuestra historia vitivinícola. «Es un viñedo con 108 años y este tipo de espacios solo pueden subsistir con un proyecto empresarial detrás», apunta Juan Carlos Sancha, uno de los pioneros en la defensa de la singularidad de este tipo de espacios.
Para explicar el giro que se está dando a la situación en Rioja usa un simil muy cinematográfico: «Hasta ahora se estaba grabando una película en la que el actor secundario estaba teniendo un papel protagonista». Y se refiere a la madera. «Ahora estamos transitando hacia la necesidad de que el actor principal sea el que tenga toda la atención». Y se refiere, lógicamente, al viñedo.
Juan Carlos Sancha apuesta por un proyecto empresarial que evita el olvido de este patrimonio riojano y permite su conservación. Lo ha logrado con una colección de siete vinos diferentes de siete parcelas de garnachas centenarias que distan más de tres kilómetros entre todas ellas. Un auténtico proyecto singular.
Conservación del patrimonio
«Si arrancamos estas viñas nunca más vamos a poder tener la oportunidad de trabajar con ellas». Juan Carlos Sancha siente verdadero amor por el trabajo intuitivo que hicieron aquellos abuelos que plantaron sus viñedos y dejaron en herencia a sus descendientes Viñas que aprovechaban los suelos más pobres para plantar el viñedo que ahora mismo es todo un patrimonio. «Este modelo que está llegando a Rioja es el necesario para conserva las viñas viejas», dice Juan Carlos Sancha, quien sigue buscando tesoros por las lomas de Baños.
Juan Carlos Sancha
Variedad. Garnacha centenaria de Baños de Río Tobía.
Elaboración. Sin sulfitos añadidos.
Precio. 19€.