La complejidad de lo profundo

La Dehesa, un viñedo en vaso de 1981 que requiere un diálogo enológico apasionado

Por Pablo García Mancha| Fotos Justo Rodríguez

Es una ladera amplia que mira al sur y que tiene en el horizonte la sempiterna presencia del León Dormido a lo lejos, como un vigía, como un guardián que contempla este paraje llamado La Dehesa plantado en vaso en 1981 por el abuelo de Juan Bautista, que dirige la bodega en la actualidad: «El suelo tiene una textura fundamentalmente arcillosa, como es habitual en los suelos de la zona, pero también tiene un porcentaje alto de limos procedentes de la erosión provocada por los ríos Leza y Jubera».

Como explica el propio Juan Bautista, «se trata de un paraje con un lenguaje complejo, propio de los viñedos viejos y especiales. No queremos entorpecer su discurso con una elaboración intervencionista, por ello los planteamientos giran en torno a materiales como el barro, fermentación en tina de madera, crianza en barricas de mayor volumen que la bordelesa y no necesariamente nuevas, y estancia en botella». «Definir y poner en orden todos estos elementos –añade– requiere de un tiempo durante el cual hay que escuchar con atención qué nos quiere decir el vino de La Dehesa. Esta conversación con un terruño es, quizás, la labor más bonita que se puede realizar en una bodega».

• el vino