Por Alberto Gil
Treinta y siete bodegas han solicitado al Consejo Regulador el seguimiento de la trazabilidad para poder indicar el pueblo de donde proceden las uvas de sus vinos en la etiqueta para la vendimia 2017. La mención, que inicialmente se planteó como una nueva categoría con condiciones de producción más restrictivas que el genérico ‘Rioja’, finalmente se aprobó como una indicación de la procedencia de las uvas, de la misma forma que se regula la subzona, ahora convertida en zona. En este sentido, el requisito exigible para poder indicar el origen municipal de un vino es que el 85% de las uvas procedan de la localidad a la que se hace referencia y el restante 15% de otros limítrofes.
Por el momento, las 37 bodegas ya adscritas a esta indicación podrán referenciar 17 municipios en las etiquetas de sus vinos (sería posible hasta 142): siete de Rioja Alavesa, ocho de Rioja Alta y dos de Rioja Baja. Como dato comparativo, hay 171 bodegas que hasta el momento indican zona (143 de Rioja Alavesa, 27 de Rioja Alta y 1 de Rioja Baja), aunque hay que tener en cuenta que ha sido una añada muy difícil para viticultores y bodegas, por lo que es de esperar un aumento considerable de solicitudes a partir de la próxima vendimia.
La realidad es que la indicación y regulación de entidades geográficas menores a las subzonas (ahora zonas) estaba previsto en el reglamento de Rioja desde 1998 pero nunca hasta ahora se había regulado.
La ‘competencia’ entre viticultores y bodegas incentiva la calidad de los vinos municipales
De hecho, bodegas, compradores y viticultores han trabajado desde siempre con los vinos municipales y las generaciones anteriores de enólogos sabían perfectamente compensar las carencias de un vino de determinado municipio con las bondades de otros.
La competencia entre viticultores, bodegas y cosecheos incentiva también la elaboración de vinos de calidad porque está claro que «mi pueblo es el mejor», por lo que el sector, más allá de la letra pequeña, confía en un importante desarrollo de este tipo de vinos.
Entre las carencias de la normativa, a diferencia que con la categoría de los Riojas de viñedo singular, se da más importancia a la bodega que al viñedo, con lo que se exige para poder indicar que un vino es municipal que la instalación de elaboración esté en el municipio.
El problema que se crea, por ejemplo, es que hay muchas familias que tienen viñedos en varias localidades, lo que limita las posiblidades de elaborar vino de pueblo. De la misma forma, pequeños y jóvenes proyectos que elaboran de alquiler o en diferente lugar del viñedo tampoco podrán etiquetar vino municipal.