Bodegas Finca Valpiedra. Fuenmayor

Un cirujano en el viñedo

Valpiedra sobreinjertó garnacha vieja de Baños de Río Tobía en unas cepas de los años 80

Sergio Martínez

Lauren Rosillo, enólogo de Finca Valpiedra, es una de las grandes referencias en el mundo vinícola no solo en Rioja, sino en todo el panorama nacional. Una de sus últimas ocurrencias la llevó a cabo en los privilegiados terrenos de la bodega, junto a uno de los meandros del Ebro, combinando varios elementos de la vid en una especie de cirugía que ha dado sus frutos en ‘Petra’, un vino con un origen y un resultado singular.

petra

Elaboración Fermentado en cemento, 19 meses en barrica de roble francés. Precio 38 euros

«Había una parcela de tres hectáreas de cabernet sauvignon plantada en 1980 que no me convencía, pero tenía un sistema radicular importante y quería preservar eso. En el año 2013 planté un sobreinjerto de garnacha, con yemas de cepas centenarias de Baños de Río Tobía para preservar ese material genético histórico y mucho más diverso que el actual», describe Lauren Rosillo tras un laborioso proceso que duró tres años hasta completar la parcela.

De ahí nació ‘Petra’, un vino fermentado en cemento, sin control de temperatura, con levadura autóctona, sin sulfuroso en la fermentación alcohólica y con una crianza en barrica «peculiar», realizando la fermentación maloláctica en nueva y un año y medio en barrica vieja.

Sin duda se trata de un vino único y personal, que busca los matices de la garnacha del Alto Najerilla, pero junto al río Ebro. «La garnacha ha sido protagonista en los 150 años de Rioja y quería saber cómo se comportaba en un suelo aluvial como este, de cantos rodados y texturas finas y con el microclima de la finca, rodeada en cuatro kilómetros por el Ebro», argumenta Lauren Rosillo.

Con respecto a las tendencias que sitúan a la garnacha en un lugar más relevante, Rosillo opina que es «una variedad que se amolda muy bien a los gustos del consumidor y representa a la España mediterránea». Y, ante las voces que recuerdan que sus características riman con las exigencias del clima, sentencia: «No es casualidad que antes en Rioja fuese todo garnacha».

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