Bodegas Escudero mantiene su amor por la garnacha con un patrimonio que perdura en el monte Yerga
El monte Yerga es uno de esos enclaves que marcan la geografÃa de Rioja. Un espacio de viñedo antiguo y de nuevas plantaciones, de riqueza natural sobre cuyas faldas se extiende un singular e interminable mar de viñas. Es el principal patrimonio de Bodegas Escudero, que durante generaciones ha sabido apreciar el significado de ese legado que hoy todos aprecian, que hoy todos quieren..
Vinsacro Dioro
Variedades: Mezcla de garnacha, tempranillo, graciano y mazuelo. Precio: 25 euros
- Bodegas Escudero
- Carretera nacional 232, km. 364. Pradejón
- 941 145 105
- familiaescudero.com
«Mi padre y mi abuelo eran unos enamorados de la garnacha», apunta Amador Escudero, que recuerda la importancia de esa pasión familiar por una variedad que incluso en sus dÃas más grises siguió dando frutos en el monte Yerga. «Somos de los que no hemos arrancado ni una cepa de garnacha, que mantenemos de mis bisabuelos y abuelos», resalta orgulloso Amador Escudero.
La conservación de todo ese viñedo les permite actualmente acumular cuarenta hectáreas de garnacha en las faldas del monte Yerga, muchas de más de ochenta años, algunas, centenarias. «Tenemos un viñedo que aparece en el primer registro que se realizó en Rioja, en el año 1921», detalla Escudero. Su defensa de esta variedad es indiscutible, y recuerda «cómo se denostó hace años a la garnacha, aunque nosotros no hicimos caso y seguimos poniendo».
Bodegas Escudero escapa de las modas incluso en un momento en el que la garnacha está viviendo un destacado repunte. No se plantea realizar monovarietales. «Rioja es una tierra de vinos de ‘coupage’ bien criados, de mezcla de variedades», subraya Amador Escudero, que destaca «los aromas» que aporta la garnacha a estos vinos.
Una filosofÃa ligada a la tierra que complementa con cuidados en la viña utilizando técnicas de confusión sexual y abonándolas con un compost propio elaborado con estiércol, lombrices y minerales. Una fórmula que respira tradición. «No lo hago por modas sino porque siempre lo hemos hecho asû, finaliza con naturalidad Amador.