La nueva memoria del Rioja dibuja un primer mapa de 84 parcelas exquisitas: 43 de ellas se encuentran en Rioja Alavesa, 31 en Rioja Alta y 10 en Rioja Oriental
Los nuevos vinos singulares, que están empezando ahora a llegar al mercado, suponen algo asà como la creación de una nueva memoria del vino de Rioja, una estratificación de las parcelas más especiales de la DOCa de máxima calidad, con caracterÃsticas especiales y diferenciales de cada viña. La cuestión no es baladÃ, puesto que, al margen de condiciones mucho más restrictivas de cultivo y elaboración que para el resto de vinos de Rioja, antes de salir al mercado cada vino que aspire a la etiqueta de viñedo singular se someterá a un exigente examen de cata –exclusivo para esta categorÃa– en el que se piden 93 puntos como mÃnimo: es decir, todos los vinos que pasen la prueba serán cuando menos excelentes.
Los viñedos singulares están integrados por una o varias parcelas catastrales, con caracterÃsticas agrogeológicas y climatológicas propias y uniformes que los diferencian y distinguen de otros de su entorno, de los que se obtienen vinos con rasgos y cualidades singulares que marcan sus cualidades fundamentales.
El pasado 30 de junio, el BOE publicó los primeros 84 Viñedos Singulares de Rioja –serán más en el futuro–: 43 de ellos se encuentran en Rioja Alavesa, 31 en Rioja Alta y 10 en Rioja Oriental. La mayor parte son pequeñas parcelas que en muchas ocasiones no superan la hectárea de extensión (exceptuando la ‘rareza’ de la Finca de La Emperatriz, singular en sà misma y que ha certificado 30 hectáreas de sus viñedos de más de 35 años). Además, hay varias bodegas que han certificado distintos viñedos: Valdelana lidera la clasificación con diez, Sonsierra le sigue con nueve, Luis Cañas (8) e Ysios (4).
Antes de salir al mercado cada vino que aspire a la etiqueta de viñedo singular se someterá a un exigente examen de cata
Hay viñedos tan pequeños como el de Los Tollos (SÃnodo) en Villamediana de Iregua con 0,2433 hectáreas y 854 botellas de producción en la cosecha 2017. Juan Carlos Sancha, con Cerro La Isa (Baños de RÃo TobÃa), ha logrado dos vinos (blanco y tinto) certificados como singulares de un único viñedo de 1,35 hectáreas. El vino de ‘Viñedo Singular’ tiene una doble evaluación: la primera tras la primera fermentación para la calificación, como el resto de riojas, y otra previa a la salida al mercado –la mencionada, que deberá ser ‘excelente’ en el análisis organoléptico realizado conforme a la Instrucción Técnica de Verificación del Viñedo Singular y que equivale a un mÃnimo de 93 puntos en la ficha de cata de la OIV que utiliza el Consejo–. Este comité de cata se ha formado especialmente por seis técnicos que trabajan en bodegas de la DOCa.
Requisitos
Entre los requisitos del viñedo figuran rendimientos en viña un 20% más bajos de lo habitual (máximo de 5.000 kg/ha. en tintos y 6.922 en blancos) y del 65% en transformación de uva frente al 70% estándar.
La viña, además, debe tener una edad mÃnima de 35 años y 10 años de continuidad probada (alquiler a largo plazo, cesión…) en el caso de que no sea propia. La vendimia deberá ser manual. Las técnicas utilizadas en el transporte y la manipulación de la uva, el prensado, el control de la fermentación, las prácticas enológicas durante todo el proceso de vinificación y la crianza del vino, en su caso, tenderán a obtener vinos de la máxima calidad.
Canterabuey 2017
Canterabuey 2017, de la bodega Viñedos de Alfaro, perteneciente al Grupo El Gaitero en Aldeanueva de Ebro, es un tinto que nace en garnachas plantadas en 1975, procedentes de una parcela de 3,5 hectáreas, a 600 metros de altura. Se elabora en una crianza de 16 meses en barricas de roble americano y francés.
Luis Cañas, tres vinos singulares
Tres vinos de esta bodega sita en Villabuena (Ãlava) han logrado el certificado de Vino Singular: Viña Chelus, tinto 2017; Cristo de Samaniego, tinto 2017 y Carra Quintana, tinto 2017. Familia Luis Cañas es uno de los grupos bodegueros más valorados de Rioja Alavesa y está haciendo una gran apuesta por los vinos singulares.
La Taconera Tinto 2017
Javier San Pedro elabora este vino singular con uvas de La Taconera, una parcela de 0,4 hectáreas plantada en 1920 en Laguardia. Apenas salen mil botellas. El viñedo data de 1912. Se espera que salga al mercado como singular antes de final de año.
SÃnodo Los Tollos 2017 Tinto
Roberto Monforte, Gorka Etxebarria y Juan Antonio Blanco (SÃnido VitivinÃcola) se fijaron en una diminuta parcela de Villamediana de Iregua. Menos de media hectárea, amenazada de arranque, ofrece un vino singular estupendo de tempranillo.
Bodegas Palacio (Blanco y Tinto, 1894)
La centenaria bodega de Laguardia ha certificado un tinto y un blanco de la parcela 1894, que ya daba nombre a sendos vinos de alta gama que ya estaban en el mercado. Se trata de un viñedo a 600 metros de altura y plantado en 1920.
Las Laderas de José Luis Tinto 2017
Vino singular de la bodega de Baños de Ebro, Domino de Berzal, dirigida por José Luis Berzal. Una ladera con una vieja parcela de viñas viejas de tempranillo.
Caudum Larraz Tinto 2017
Este vino de tempranillo nace de una viña en vaso de 1,5 hectáreas de una finca de la familia Piserra, en una ladera con orientación norte y suelos arenoso-calcáreos entre Cenicero y Huércanos. Se plantó a principios de los años setenta. La familia Piserra vendÃa sus uvas hasta que en la cosecha 2007 decidió elaborar un vino propio, hoy reconocido como vino de viñedo singular.
Cerro La Isa (Blanco 2018 y Tinto 2017)
Juan Carlos Sancha también ha certificado dos vinos singulares: Cerro La Isa Blanco 2018 y Cerro la Isa Tinto 2017. Los dos provienen de una parcela situada a 750 metros en una ladera con el 35% de inclinación en Baños de RÃo TobÃa.
Las Tapias 2017 Tinto
Las Tapias es uno de los viñedos más importantes de Marqués de Riscal, de donde salen buena parte de sus mejores uvas para vinos como Barón de Chirel. Es una finca plantada en 1968 que se asoma al Ebro en una terraza. El vino se comercializará como reserva.
No son los únicos que se han presentado y, de hecho, algunos se han quedado en el camino al no alcanzar los 93 puntos mÃnimos en la cata. De hecho, la rigurosidad del comité hace que muchos vinos sigan en bodega esperando su mejor momento para llegar a la prueba en plenitud.
Los perfiles de las bodegas atienden a la creciente diversidad de la DOCa Rioja, desde dos centenarios como Palacio y Riscal, a pequeños proyectos como los de Roberto Monforte, Gorka EtxebarrÃa y Juan Antonio Blanco (SÃnodo VitivinÃcola), que rescataron un viñedo prácticamente abandonado y a punto de desaparecer, o Caudum de la familia Piserra en Cenicero.
La rigurosidad del comité hace que muchos vinos sigan en bodega esperando su mejor momento para llegar a la prueba en plenitud
Cinco bodegas son de Rioja Alavesa, dos de Rioja Alta y otras dos de Rioja Oriental. Abundan los vinos de tempranillo, pero también aparecen varietales de garnacha como Canterabuey o Cerro La Isa.
El Consejo Regulador irá realizando más catas para ir aprobando o denegando las nuevas solicitudes.