La erosión
genética

La diversidad varietal ha acompañado a los vinos de Rioja a lo largo de toda su historia: este especial es una reivindicación de estas uvas minoritarias y, sobre todo, de la otrora denostada y hoy emergente garnacha.

Alberto Gil

R

ioja es, y va a seguir siendo, tierra de tempranillos. La variedad principal de la región vitícola ha demostrado con creces que da soporte a algunos de los mejores vinos del mundo, pero su extraordinario crecimiento en superficie durante los últimos cuarenta años ha ido en detrimento de otra uva extraordinaria e igualmente vinculada al territorio como es la garnacha, que ahora no llega al 8% de la superficie total de la DOCa cuando en 1973 ocupaba más hectáreas que la tempranillo.

Falsos presupuestos sobre la supuesta tendencia oxidativa, elaboraciones no hechas a su medida y, sobre todo, su irregularidad productiva, han ido provocando arranques masivos de garnacha, aunque aún quedan 4.500 hectáreas. La garnacha está hoy de moda y nuevos, y no tan recientes, elaboradores están redescrubriendo las posibilidades de la variedad por excelencia del Sistema Ibérico. La garnacha, históricamente vinculada a Rioja Oriental, está demostrando una extraordinaria versatilidad en el conjunto de la región vitícola y, sin límites a la creatividad, se muestra especialmente apta para su envejecimiento o afinamiento en todo tipo de materiales. Rioja cuenta ya hoy con ejemplos de varietales que están al nivel de los mejores vinos de España.

Pero la garnacha como complemento (papel histórico que ha desempeñado en Rioja en muchos vinos históricos), sigue siendo una extraordinaria alternativa al cambio climático y a las limitaciones del tempranillo por su ciclo más corto, su pH en ascenso y sus problemas de acidez.

El cambio climático es una realidad pero, al menos por ahora, no hay que rasgarse las vestiduras. La recuperación de la diversidad varietal en el catálogo de Rioja, con el graciano y el mazuelo como complementos arraigados a la región, puede ser el primer paso. Junto con el abanico de las nuevas variedades aprobadas en el 2007, con las maturanas tinta y blanca y otras locales aún sin autorizar, parecen herramientas suficientes para afrontar el problema del calentamiento. Va por la garnacha.

La garnacha protagonista: 17 bodegas, 17 historias

Del graciano al mazuelo y otras variedades minoritarias

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