Bodegas Ortega Ezquerro. Tudelilla

En tierra de garnachas

Ortega Ezquerro traslada a sus vinos la tradición de Tudelilla y las peculiaridades de su entorno

Sergio Martínez

Tudelilla es un pueblo modesto pese a su potencial. No tiene el nombre de otros grandes municipios de Rioja que venden su exterior e interior quizá con mayor éxito. Pero exhibe músculo vinícola, unas condiciones climáticas y naturales únicas, un paisaje apabullante y una tradición que le sitúa a la vanguardia de la región. «Tudelilla era junto a Laguardia el municipio de Rioja que más cosecheros tenía registrados», recalca David Bastida, enólogo de Ortega Ezquerro, una bodega que presume de un íntima identificación con su pueblo y con su variedad más clásica, la de siempre: la garnacha.

OE Garnacha

Variedad: Garnacha Viñas A 680 metros de altitud, garnachas de más de 80 años. Precio: 14 euros

Bodegas Ortega Ezquerro siempre ha abanderado la lucha por el reconocimiento de los vinos de municipio. «Los nuevos planteamientos de Rioja no hacen más que reforzar lo que ya estabamos haciendo, apostar por los vinos de Tudelilla», comenta David Bastida. La historia del municipio les acompaña, pero también las condiciones de su entorno, que confieren a sus vinos un carácter especial. Sus suelos pedregosos, que rompen con la imagen tradicional del viñedo; su monte bajo integrado en el paisaje; la altitud del cultivo que roza los 700 metros; su clima seco pero fresco y el mantenimiento de viñas centenarias.

Si algo define a Tudelilla es la garnacha, una variedad idónea para expresar las características de la zona. «Hace años las grandes bodegas de Rioja venían a Tudelilla a comprar garnacha», detalla David Bastida, que va más allá a la hora de hablar de la importancia de esta variedad en el pueblo: «En los años 60 había más garnacha que tempranillo y actualmente aquí se mantiene bastante, es uno de los municipios de Rioja con más proporción de esta variedad».

Con esos ingredientes la receta es clara. «La apuesta de la bodega y la mía como enólogo es por la garnacha», concluye Bastida, que reconoce además haber «notado su repunte». Un regreso al pasado que en Tudelilla adquiere un sentido especial.

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