Bodegas Aradón. Alcanadre

Una justa vuelta a los orígenes

Cuatro viñas casi centenarias y en terrenos extremos son el gran valor de ‘La Prometida’

Sergio Martínez

Bodegas Aradón aspira a hacer justicia a su legado y a sus viticultores. Una vuelta a los orígenes, a la tradición de un Alcanadre que sabía a garnacha. Ante arranques y tempranillos, la riqueza histórica todavía asoma en sus fincas, dando lugar a ‘La Garnacha Prometida’, un vino que subraya una apuesta firme por su variedad más local y por aquellos que ayer y hoy, siguen creyendo en ella.

La Garnacha Prometida

Elaboración: Fermentación en barrica y maduración en huevo de hormigón. Precio: 28 euros.

  • Bodegas Aradón
  • Calle San Isidro, 46. Alcanadre
  • 941 165 036
  • aradon.es

«Queríamos hacer un homenaje a los viticultores, una promesa por recuperar nuestros orígenes y dar valor a esas garnachas casi centenarias de Alcanadre», argumenta Cristina Alesanco, enóloga de Bodegas Aradón. ‘La Garnacha Prometida’ es también cuestión de «justicia por esta variedad», apunta, y por ello la balanza es su imagen identificativa: «Se ha perdido mucho patrimonio vinícola y queríamos pararlo».

Este vino marca un punto y seguido en Bodegas Aradón. La garnacha estaba presente en todos sus vinos, pero esta particular promesa permite seleccionar lo mejor de su patrimonio vegetal, en cuatro viñas de más de ochenta años, en su terreno más extremo. Cada una se elabora por separado, con una fermentación en barrica, lo que permite apreciar los matices de cada parcela, combinados después en busca de ese complementación en el vino estrella de Aradón. Una cuestión de justicia y puesta en valor, ya que el viticultor recibe un pago mayor «por la parcela completa, sin importar su producción», detalla Alesanco.

El camino está bien marcado en busca de una diferenciación que se basa en algo tan sencillo como la cultura vitivinícola de Alcanadre, una zona de suelos pobres y variabilidad de alturas. «La garnacha madura muy bien aquí, aporta a los vinos toques frutales, frescura, elegancia y sutileza», unos aportes que ya marcan tendencia. «Hemos hecho también nuevas plantaciones de garnacha y garnacha blanca, apostando por lo nuestro», recalca Cristina Alesanco. El patrimonio vinícola marca su camino.

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