El Vino Pródigo. San Vicente

Los sueños del pródigo

Pedro Peciña construye su vida a través de sus vinos, todos personales, todos diferentes

Pedro Peciña sonríe sentado en la escalera de su pequeño calado.
Pedro Peciña sonríe sentado en la escalera de su pequeño calado.

De palabra rápida y aseverante, Pedro Peciña no tiene miedo a hablar con libertad. Dice lo que piensa, si bien piensa lo que dice. A sus años, cree que ha llegado la hora de sentar la cabeza. «Sueño con tener mi propia bodeguita», señala.

El viñedo es otro lujo para su economía, aunque heredó de su madre la Viña de la Merce en San Vicente. «Una viña de 40 años que te dé el papel son 90.000 euros. Si nos vamos a viñedos que rozan los cien, más de 100.000. Es muy complicado hacer el vino que uno quiere si no tienes viñedo propio», dice.

La viña de La Merce

Precio 16 euros

Monovarietal tempranillo que busca rendir tributo a quien ya no está, pero que siempre inspira (su madre)
La viña de La Merce
Pedro Peciña sonríe sentado en la escalera de su pequeño calado.
Pedro Peciña sonríe sentado en la escalera de su pequeño calado.

Otra barrera más, aunque la que de verdad le molesta es el papeleo. «Nuestro gran problema es la burocracia. Perdemos tiempo y dinero y tampoco podemos contratar gente con nuestros volúmenes. Nosotros debemos centrarnos en el viñedo y en el vino. Es el gran problema de las pequeñas bodegas», añade.

Su gran triunfo es ver que ya hay importadores que se interesan por «productores pequeños». «Cuando un cliente lo primero que te pregunta es el precio ya sabes que no es tu cliente», revela. Yhostelería. «Los pequeños estamos presentes en muchas cartas de vino. La gente ya no pide por pedir, sino que le gusta probar, visitar bodegas, enoturismo,…», puntualiza.

«Nuestro gran problema es la burocracia. Perdemos tiempo y dinero con ella»

De momento va cumpliendo sueños. La Viña de La Merce (20.000 botellas) es un crianza dedicado a su madre de su propio viñedo. Más fruta que madera. Con el rosado Bohemian Rhapsody (1.500-2.000) pensó en su hija. Placeres Sensoriales (7.000) es un joven explícito en su nombre. Y Prodigus (800-1.500) lleva su firma y su historia. Vinos de maceración carbónica y criados.