Martínez Alesanco. Badarán

Suma y sigue en el Alto Najerilla

Martínez Alesanco amplía su bodega de Badarán con la misma ilusión con la que el abuelo de la actual generación la fundó hace treinta años

Pedro Martínez Alesanco, con su sobrina Pilar Torrecilla.
Pedro Martínez Alesanco, con su sobrina Pilar Torrecilla.

Los abuelos de Pilar Torrecilla, al frente de la elaboración de Bodegas Martínez Alesanco (Badarán), pusieron la primera piedra: «Luego pasó a sus hijos, con mi padre en campo, y mi madre y mi tío que fundaron la marca Martínez Alesanco y, poco a poco, hemos ido incorporándonos la nueva generación», explica. «Somos cuatro hermanos, aunque ni mi tío ni mis padres se han querido jubilar, así que aquí seguimos todos tirando». Lejos queda aquella primera cosecha de 1992, que elaboraron en doce calados del pueblo o la de 1993, en bodega, con una prensa, un depósito y sin tejado…

Pilar y Pedro, los dos hermanos, no ocultan su satisfacción al enseñar la actual ampliación de la antigua bodega, una auténtica ‘cucada’ que permitirá a la familia trabajar con más desahogo. «Nos gusta el enoturismo de pueblo; no cobramos y la bodega la enseñamos nosotros con un vino en la mano. Ahora podremos atenderlos mejor», explica Pedro. La bodega está implicada al 100% con el entorno: «Las bodegas familiares fijamos población en los centros rurales, con nosotros trabajan nueve personas, todas de Badarán, y cuidamos el patrimonio vitícola». De hecho, la nueva bodega la ha construido una empresa de Haro, el mobiliario es de Nájera, los durmientes y botelleros los forjó un herrero del pueblo, y toda la fontanería y electricidad es de Badarán: «Involucramos a la gente que nos rodea, para esto estamos en el pueblo», explican.

Martínez Alesanco ECO

Precio 14 euros

Elaborado con tempranillo y garnacha de Badarán ecológicos y criado 12 meses en barricas nuevas de roble francés.
Martínez Alesanco ECO

El viñedo lo trabajan «en su conjunto» sin herbicidas con varias etiquetas certificadas como vinos ecológicos y con garnacha y tempranillo como variedades principales, aunque también fueron de los primeros que creyeron en la maturana tinta con su vino Nada que ver: «Mi tío Pedro y Martínez de Toda son quintos y Fernando nos propuso entrar en el programa de recuperación de variedades minoritarias y la verdad es que se ha adaptado de maravilla». «En 2004 elaboramos la primera partida y vimos su potencial, ahora tenemos tres viñedos plantados en terrenos y altura diferentes y estamos encantados. La maturana es concentración, color y estructura». Cerramos con el ‘boom’ del Alto Najerilla y sus garnachas: «Si vienen bodegas de prestigio para mantenerlas me parece de maravilla porque, junto con el trabajo de las de aquí de mucho tiempo, han puesto en valor los tintos del valle», dice Pilar. «Si es por una moda pasajera me preocuparía más».