Un paso al frente

Alberto Gil Justo Rodríguez

La Sonsierra es hoy una gran cantera de nuevos proyectos, con viticultores formados que aprovechan sus viñedos familiares para hacerse un hueco: «La situación te obliga, vendemos la uva al precio de hace diez años, mientras que los costes se han duplicado», explica Carlos Mendoza, viticultor de San Vicente que, junto con Ana Benés, son socios en ‘GR-99 Viñedos de Paso’. Comenzaron con la cosecha 2019, elaborando una parte de la producción de las dos hectáreas familiares de Carlos Mendoza: «Llevaba muchos años trabajando con mi hermano Jesús en una bodega de Rioja Alavesa y empezamos con unas 3.000 botellas de nuestro primer GR-99, Primera Impresión, y hemos tenido muy buena aceptación». Tanta que el viticultor y enólogo, de alquiler en una bodega de Labastida, ha pasado ya a elaborar casi 10.000 botellas esta última cosecha, la producción total de sus dos hectáreas, y a dedicarse en exclusiva a Viñedos de Paso: «Las redes ayudan a los pequeños proyectos como el nuestro, ya que podemos llegar a lugares o restaurantes que de otra forma no estarían a nuestro alcance. La acogida ha sido fantástica, ya que salimos al mercado en verano del 2020 en plena pandemia y agotamos para Navidad»», apunta Ana Benés, financiera de formación y la otra pata, igual de fundamental de Viñedos de Paso, ya que, tal y como aclara Carlos, «los números son muy necesarios cuando te lanzas para no perder la cabeza».

Sus etiquetas, con un gran iris frontal, son muy identificables y el vino responde al carácter que ha querido imprimir Carlos: «No hice un vino para mí, sino para mis amigos, con frescura, mucha fruta y una leve crianza en madera para fijarlo todo, pero sobre todo con carácter primario».

GR-99

Precio 11 euros

El vino hace referencia al sendero que recorre el Ebro. Es un tempranillo de 35 años de San Vicente, fresco, frutal y muy redondo, que integra muy bien leves notas de madera.

Viñedos de Paso acaba de lanzar su segundo vino, GR-99, Contemplaciones: «Es de otra parcela de San Vicente, con una crianza un poco más larga y algo más de profundidad», explica su autor. El Iris, del color azul celeste juvenil del primer vino pasa a ser dominado por tones rojizos y ocres, un juego de colores muy acertado con los estilos de vinos.

Carlos y Ana trabajan también con dos parcelarios de producciones muy limitadas que tardarán algo más en salir al mercado: «Aprendí con mi hermano a hacer vinos de larga guarda, pero al mismo tiempo con mucha intensidad frutal, y es por ahí por donde queremos ir con estos vinos, pero de momento habrá que esperar». «¿Nuestro futuro?», responde Ana Benés: «Crecer un poquito, lo necesitamos si nos acompañan las ventas, aunque Viñedos de Paso nunca dejará de ser un pequeño proyecto y ojalá que salgan muchos más en la Sonsierra y en toda Rioja».