Abeica. Ábalos

En busca de nuevas sensaciones

Amparado en la maceración carbónica y en el éxito de Chulato, Abeica investiga en blancos fermentados en barrica y en vinos parcelarios que expresen la tierra que los originan

Ricardo Fernández observa el paisaje de la sonsierra a la través de la ventana.
Ricardo Fernández observa el paisaje de la sonsierra a la través de la ventana..

Inquietud. La palabra que define el estado de ánimo de Ricardo Fernández. Abeica. Cuarta y quinta generación cuidando viñas y elaborando vinos en Ábalos. Todo arrancó con su tatarabuelo Julián, botero y comprador de viñas. Pasado de una historia por escribir.

«Siempre hay que innovar, pensar en cosas nuevas y poner en valor esta zona. El vino y el viñedo son nuestra vida, pero somos conscientes de que es un negocio», explica Ricardo Fernández, savia nueva para una bodega tradicional que se nutre de sus cuarenta de hectáreas de viñedo en San Vicente y sobre todo Ábalos y que cada año sale al mercado con 200.000 botellas.

Abeica Mazuelo 2019

Precio 25,5 euros

Máxima expresión del mazuelo en un único viñedo viejo de Abalos. Vino elegante, varietal y complejo.
Abeica Mazuelo 2019

Abeica conjuga tradición y formación. Desde la maceración carbónica (Chulato) tan propia de la tierra hasta la pasión por los monovarietales y los vinos parcelarios, la línea más reciente en sus trabajos. «Ahora mismo estamos sacando una gama nueva de vinos con un blanco fermentado en barrica (Abaris), una garnacha y un mazuelo. Este último es el más curioso porque no es fácil encontrar un viñedo de mazuelo en una zona tan alta y fría como es la de Ábalos. También estamos volcados en parcelarios porque son una expresión del terreno. No mezclamos vinos. Es un error en esta zona. Y al mercado le gusta», dice Fernández.

Ricardo Fernández.
Ricardo Fernández.

El reto es sumar. No excluir. Vinos clásicos y vinos modernos, trabajos en viticultura ecológica, pero sin olvidar que cada año es diferente y que si es necesario echar manos de sistémicos, se echa. «Si no es preciso, no hay que usarlos. Más que en la uva, se nota en la microbiología del suelo. Lo que no queremos es que se pierdan las uvas», explica antes de concluir con una reflexión que no es única. «Creo que vedemos el vino barato», concluye.