Compromiso ecológico:
La asignatura pendiente
Europa ya lo exige y cada vez más los consumidores. El modelo de vitivinicultura afronta una transición hacia lo ‘verde’ y pone en juego el propio equilibrio territorial
Alberto Gil
Daniel Acevedo
La apuesta por un sector vitivinícola mucho más sostenible es una realidad y casi una imposición. Los esperados fondos Next Generation, el conocido como maná europeo, condicionan su ejecución a la implantación en los procesos de prácticas responsables con la tierra y el cambio climático en el cultivo de la vid y en la elaboración del vino, de la misma forma que la reforma Política Agraria Común(PAC) abandera el llamado ‘Pacto Verde’.
Son los propios consumidores los que presionan a los gobiernos, y también a las grandes cadenas alimentarias. Esta mismo mes, la alemana Aldi advertía a sus proveedores de hortalizas de Cartagena que va a investigar su forma de cultivo tras conocer el estado del Mar Menor. Salvando las distancias, por supuesto, los elaboradores de vino deben estar atentos porque quizás se aceleren los requerimientos de prácticas sostenibles en viñedo y en bodega, sino ecológicas, que es la única certificación actual oficial y válida en toda Europa de ‘residuo cero’.
Asignatura pendiente
Y, cuidado porque ni Rioja (DOC), ni La Rioja, están bien posicionados en este aspecto. Pese al crecimiento de los últimos años en superficie, y la incorporación de marcas de prestigio que hacen presumir un importante incremento en los próximos años (la certificación requiere tres años previos de ‘prueba’), el viñedo ecológico certificado en La Rioja (comunidad autónoma) no llega al 3% de lo que se cultiva. Un porcentaje muy bajo que nada tiene que ver, por ejemplo, con regiones como Murcia, donde se alcanza el 52%. Lo mismo sucede con las bodegas certificadas para comercializar vinos ecológicos que, si bien han crecido considerablemente en mucho casos, pese a ser ‘operadores’ legales no certifican su propio viñedo, sino que compran vino ecológico para luego poder etiquetarlo.
Sostenibilidad
La gran mayoría del sector español, y riojano, ya está trabajando en sellos y compromisos de sostenibilidad: eficiencia energética, medición de la huella de carbono, placas solares para cubrir parte del autoconsumo o compromisos con el cambio climático.
La sostenibilidad va a ser una exigencia, pero también incluye aspectos como el ámbito territorial –freno a la despoblación, pagos dignos y suficientes por la uva–. Por eso es mucho lo que está en juego, incluso el propio modelo territorial con el grave problema de relevo generacional en el campo y en las bodegas más pequeñas, agobiadas, entre otras cosas, por una despiadada burocracia.
Sostenibilidad es también el compromiso con los paisajes, con el territorio y con el viñedo viejo, por lo que realmente es mucho lo que está en juego en los próximos años. Una auténtica encrucijada.
