Paco García. Murillo de río leza

Al décimo aniversario, nueva revolución

Paco García anuncia novedades, con una nueva gama de vinos más enfocada a la zona, al municipio y a algunas parcelas especiales

Los protagonistas de la historia, Juan Bautista y Ana bajo uno de los tinos.
Los protagonistas de la historia, Juan Bautista y Ana bajo uno de los tinos.

No fueron fáciles los comienzos de Juan Bautista García y Ana Fernández Bengoa, la pareja que dirige Paco García. En uno de esos culatazos a traición que a veces da la vida –la muerte prematura de su hermano Chisco, quien parecía predestinado a dirigir la bodega familiar–, Juan Bautista tuvo que hacerse cargo casi sin quererlo del negocio. Con el paso de los años apareció Ana en su vida el 2010 y comenzó el bullir de ideas.

Paco García dio un giro de 180 grados a la bodega con un objetivo claro: colocar a Murillo de Río Leza y al valle Leza-Jubera en lo alto del mapa vitícola riojano. Corría el año 2011 y ya se adivinaba a un bodeguero con más principios que prioridades: «Han pasado diez años, así que estamos de aniversario. Nuestra idea era la de asentarnos en el medio rural y poner en valor los viñedos de esta zona, que se destinaban a graneles y a la venta a otras bodegas. Historia teníamos de sobra, pero no era una zona de grandes vinos embotellados. El pueblo era conocido por su barrio de bodegas, lleno de pequeños elaboradores que trabajaban especialmente la garnacha, pero muchos desaparecieron con la cooperativa».

Paco García. Tempranillo blanco

Precio 12 euros

Varietal originario de Murillo criado mitad en barrica y mitad en depósito, siendo ensamblado posteriormente.
Paco García. Tempranillo blanco

En todo caso, Juan Bautista aclara que «nuestra comarca es una zona sostenible, que no demanda excesiva agua porque es fresca, con buena sanidad gracias a que el viento corre con fuerza en altura. Hay viñedos de calidad, y si nos vamos para Santa Engracia más de uno se sorprendería. Yo estoy enamorado de esta zona que, además, está agradeciendo el cambio climático, con concentraciones brutales y acidez sobresaliente». Son los valles del Leza y el Jubera, un territorio por descubrir.

Un proyecto vital

«Para nosotros –explica Juan Bautista–, Paco García es un proyecto vital. Empezamos sin excesivos complejos y a día de hoy trabajamos doce personas, ocho de Murillo. Junto a la gama básica, lanzamos las ‘Experiencias Paco García’ con las que queríamos demostrar nuestra inquietud y capacidad innovadora. Hemos hecho cinco porque era su momento, pero el Mazuelo va a ser la última».

Los protagonistas de la historia, Juan Bautista y Ana bajo uno de los tinos.
Juan Bautista García a pie de viñedo.

Alguien dijo que le interesaba el futuro porque es el sitio donde va a pasar el resto de su vida, como sucede con Paco García. «El futuro viene con la frescura en los vinos, de las variedades de ciclo largo que dan longevidad a los vinos». Tras la primera década, llegan tiempos de cambio en Paco García: «Estamos ahora en un carácter más introspectivo». Eso sí, con la tranquilidad de la experiencia: «A mediados del año que viene va a haber novedades y presentaremos otro perfil, con vinos de zona buscando el origen; le seguirán vinos de Murillo, con un reserva tinto mezcla de tres fincas y un reserva blanco de tempranillo y cuatro años de crianza. Y por encima dos vinos de finca». «Estos últimos, elaborados con viñas viejas», continúa Juan Bautista, «me confirman la idea de que un viñedo con años es sostenible de forma natural porque se sabe autorregular. No demanda agua ni tratamientos; más cansado pero más sabio».

Para las generaciones que vienen, la preservación del viñedo viejo es clave. «Esencial, sobre todo por la heterogeneidad de plantas que conviven en estos viñedos y pensando en este cambio climático, que ya está aquí y que no sabemos lo que nos va a exigir».

Poner en valor los viñedos de la zona de Murillo es el objetivo de Paco García