MacRobert & Canals. Logroño

El sudafricano de ideas claras

¿Qué hace un viticultor de Sudáfrica en La Rioja? Formar una familia, hacer grandes vinos e intentar recuperar un modelo sostenible de viticultura

Bryan MacRobert en la bodega, un modelo de aprovechamiento de espacios.
Bryan MacRobert en la bodega, un modelo de aprovechamiento de espacios.

Bryan MacRobert es un hombre afable, que siempre recibe con una sonrisa. Habla con mesura, pero con las ideas claras, así que conviene no perder ripio cuando abre la boca. «Cuanto más se aprieta al agricultor, más debe defenderse: echa más herbicidas, más abonos, y quiere producir más para que le salgan las cuentas. Esto no es sostenible». Siempre atraído por el Viejo Mundo vitícola, trajo aquí también su propia forma de ver la vida. «En Sudáfrica se vive en la granja. Estudié Enología y es una manera de vivir que me gusta por la satisfacción de manejar la tierra y poder respetarla».

Fue trabajando en Priorato donde coincidió con Clara Canals, su mujer, con la que comparte profesión. «Ya la conocía de Sudáfrica porque hacía prácticas allí. Hablando con ella vi que en Rioja había oportunidad de hacer algo diferente con una bodega familiar, así que empezamos en 2013. Lo que más me sorprendió de Rioja fueron sus suelos y la adaptación de cada viña a los mismos. Allí son muy viejos, muy rojos, pero casi no hay cal, pero aquí es general, lo que me dejó boquiabierto».

Barranco del San Ginés

Precio 75 euros

Vino de viñedo singular cultivado en terrazas. Coupage de variedades en las que manda el tempranillo.
Barranco del San Ginés

Así las cosas, Bryan trasladó su idea a Logroño: «Una bodega pequeña es lo más sostenible que puedo entender. Cada euro que generamos se reparte entre mucha gente. Intentamos trabajar para que nos lleven las viñas y se queden en su pueblo; es un modelo que piensa mucho en el efecto social porque, además, no apretamos en el precio de la uva. Me da igual pagar más, no elaboro demasiado y prefiero que traigan calidad». ¿Se puede decir más claro?

Una filosofía de trabajo

De trabajo y posiblemente de vida: «Si trato mejor al agricultor ganamos todos». Bryan se explica a las mil maravillas, pero cuando habla de la necesidad de devolver a la tierra lo que ésta le da le faltan las palabras. «Esto para mí es muy importante de transmitir. Todo lo que invertimos en aislamiento de salas de envejecimiento y depósitos se ha recuperado en cinco años emitiendo lo mínimo. Gastamos un litro de agua por litro de vino que producimos, cuando lo normal es cuatro. La ecología es rentable sobre todo por la satisfacción que me produce pensar que estamos trabajando para dentro de dos o tres generaciones. Si yo lo hago bien, ellos se beneficiarán».

Bryan MacRobert en su viña mimada, el barranco del San Ginés.
Bryan MacRobert en su viña mimada, el barranco del San Ginés.

Viña, viña y viña. Al final la conversación siempre vuelve a la viña. «Mira Fernando, la viña es muy agradecida, pero hay que cuidarla dejándola trabajar a su ritmo. Hace 40 años la producción media en Rioja era de unos 4.000 kilos por hectárea y hace un siglo era de 2.000, cuando hoy en día son 7.000/8.000 kilos o más». Y es ahí cuando Bryan me propone un juego: «A ver, dime cuáles son las marcas que conoce el aficionado de Borgoña, las mejores; cuáles de Burdeos o Barolo, las superiores en calidad. ¿Y las que conoce de Rioja?».

No me dejo atrapar en su red y le dejo que responda él mismo: «Las grandes bodegas en producción, algo debe cambiar». «Mi viña del Barranco del San Ginés es una escuela de sostenibilidad: además de uva hay olivos, cerezos, manzanas, peras, ciruelas, melocotones, almendros y olivos. De primavera a verano siempre da de comer. El modelo de hace medio siglo era mucho más lógico».

Y ahí seguimos un buen rato arreglando el mundo entre un sudafricano y un riojano. Que si cómo vamos a dejar el viñedo a los que vengan, que si el Consejo debería ayudar más a los pequeños, que se debería controlar más la tierra, que si tal y que si cual… Me gusta lo que defiendes Bryan.