Bodegas Tierra. Labastida

En el nombre del pueblo

Bodegas Tierra apuesta por los vinos de Labastida y abre sus puertas para ayudar en la elaboración a pequeños y nuevos proyectos

Los hermanos Joseba  y Koldo García, a ambos lados, Carlos Fernández, Catalin Grad y Guillermo Fernández en Bodegas Tierra.
Los hermanos Joseba y Koldo García, a ambos lados, Carlos Fernández, Catalin Grad y Guillermo Fernández en Bodegas Tierra.

El vino más conocido hoy que se hace Labastida es el ‘Pata Negra’, de la bodega que García Carrión, pero detrás, en las pequeñas bodegas familiares, hay un movimiento que estoy convencido de que nos va a dar muchas alegrías en el futuro, no en volumen de botellas pero sí en cuanto a la importancia vitícola de mi pueblo». Es Carlos Fernández, de Bodegas Tierra, una casa familiar que lleva ya más de tres décadas elaborando y comercializando sus propios vinos y que, desde que se reguló la indicación de vinos municipales, ha trazado todas sus referencias para etiquetarlas como vino de Labastida: «Tenemos la suerte de contar con el viñedo de nuestro padres, con una edad media muy elevada, que hemos estado años conociendo y parcelando durante muchos años, y ahora estamos en un momento muy chulo».

Tierra elabora hasta 24 referencias distintas: «Como no cabíamos en la bodega antigua hemos ampliado a un local anexo donde hacemos los vinos más ‘hippies’: «Trabajamos con fudres, huevos de hormigón de distintos volúmenes, tinajas, cerámica..., y también con barricas convencionales; ahora sobre todo estamos incidiendo en los vinos con raspón, macerados con pieles, con sólo un pelín de sulfuroso, vinos exclusivamente parcelarios buscando la exclusividad como diferenciación ante una demanda mundial de vinos más ligeros, abiertos y fáciles de beber», explica.

Tierra Fidel

Precio 28 euros

20 años cumple este tinto desde su primera añada. Combina al 50% graciano y garnacha de dos viñedos, en homenaje al padre de la familia.
Tierra Fidel

Carlos Fernández asegura que los vinos que más le cuesta vender son los que están referenciados a la clasificación tradicional de Rioja (crianza y reserva) y considera que la colaboración, incluso la generosidad, es fundamental para el futuro de la región vitícola: «En mi casa están elaborando mi sobrino Guillermo, hijo de mi hermano Fidel [director técnico de Bodegas Luis Cañas] con la marca Capitan Trueno; Catali Grad, que lleva diez años trabajando con nosotros en campo y bodega y es mi mano derecho; y Koldo y Joseba García, que son ahora futbolistas y elaboran el ‘Área Pequeña’». Son vinos, de parcelitas trabajadas por ellos mismos, ‘cedidas’ por Bodegas Tierra o propiedad suya como el caso de Koldo y Joseba: «Es difícil comenzar; la elaboración en bodega también requiere una importante inversión, así que les estamos ayudando, pero también es cierto que en parte es una decisión también egoista».

Los hermanos Joseba  y Koldo García, a ambos lados, Carlos Fernández, Catalin Grad y Guillermo Fernández en Bodegas Tierra.
Bodegas Tierra.

En este sentido, el viticultor considera que «lo mejor que le puede pasar a mi pueblo es que aparezcan nuevas referencias en el mercado que estén orgullosas de llevar el vino de Labastida». «A nosotros –agrega– nos ha costado mucho trabajo, con una notoriedad que nos ha empezado a llegar en la última década, y lo que tengo claro es que lo más cuesta es vender las botellas». Así, los tres jóvenes, que elaboran unas 2.000 botellas cada uno, acompañaron a Carlos Fernández en la última presentación del Salón Peñín de los vinos de España: «Es necesario patear países y llamar a muchas puertas y, como decía, no van a ser competencia nuestra, sino un nuevo sumando a la ecuación y que ojalá se transformen en su momento en nuevas bodegas».

Con los Michelini

Carlos Fernández alcanzó también el año pasado un acuerdo de colaboración con la familia argentina Michelini Muffato –aterrizada en España con una sociedad similar en El Bierzo–, con quienes sacarán cuatro vinos en breve: «Estamos muy ilusionados con este proyecto». En todo caso, el bodeguero de Labastida no renuncia a nada: «Hay que estar abiertos a todo; la ventaja de Rioja es toda la diversidad que estamos empezando a conocer, en la bodega, pero sobre todo en los viñedos, y tengo claro que tenemos que diferenciarnos, con elaboraciones exclusivas, parcelarias, y diferentes».

xxxxx