Un paraíso con mucho potencial

La bodega con concepto de ‘château’ está rodeada de 101 hectáreas de viñedo propio

Finca La Emperatriz. Baños de Rioja. Dirección Ctra. Santo Domingo-Haro. Teléfono 941300705. Web www.bodegaslaemperatriz.com Responsable de Enoturismo Alejandro Ochoa.

Un paraíso con mucho potencial

La bodega con concepto de ‘château’ está rodeada de 101 hectáreas de viñedo propio

Finca La Emperatriz. Baños de Rioja. Dirección Ctra. Santo Domingo-Haro. Teléfono 941300705. Web www.bodegaslaemperatriz.com Responsable de Enoturismo Alejandro Ochoa

Diego Marín D.M.

Alzar la vista entre los renques, entre las calles, de los interminables viñedos de Finca La Emperatriz, permite en determinados otoños, como éste, contemplar el San Lorenzo nevado al horizonte, así como la torre de la catedral de Santo Domingo. Es el espectacular paisaje de una bodega límite para el cultivo, en la que el enoturismo es algo relativamente reciente. Aunque el proyecto comenzó en 1996, hasta junio de 2016 no se abrió al público.

La espera ha merecido la pena porque el espacio es un paraíso, uno de los conceptos de ‘château’ mejor adaptados a Rioja. «La prioridad siempre ha sido elaborar buenos vinos, no se quería correr antes de aprender a andar», explica Alejandro Ochoa, responsable de Enoturismo de Finca La Emperatriz. La historia de Finca La Emperatriz se remonta al siglo XIX, a unos viñedos propiedad de Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III. La familia Hernaiz adquirió el terreno y ha puesto en marcha una bodega rodeada de 101 hectáreas de viñedo, dividido en 22 parcelas.

«Por la naturaleza de la bodega, la idea siempre ha sido dar importancia al viñedo, que éste sea protagonista de las visitas», explica Alejandro Ochoa. Las actividades de la bodega para su público son siempre exteriores. Cuentan con tienda, jardín y un ‘wine bar’, en torno al viejo poblado de trabajadores agrícolas de la finca. «Las visitas, eso sí, se realizan con reserva previa y para grupos pequeños, con una atención personalizada». «Lo mismo aparece una pareja de franceses que desean probar todos nuestros vinos que gente del camping de Castañares», expone Ochoa.

«El estar a un paso del viñedo nos da mucha libertad para recorrer las distintas parcelas y poder finalizar con una cata al aire libre de los vinos», destaca el responsable de enoturismo.

Seguir leyendo


VOLVER
ARRIBA