El debate

Un diamante en bruto

Mucho por explorar, casi todo por desarrollar: el enoturismo puede ser una gran ‘industria’ de empleo para la región; un grupo de trabajo privado, de empresarios, sorprenderá en unos meses con una propuesta integral y estratégica

Alberto Gil Justo Rodríguez

El enoturismo ha pasado de ser una actividad casi residual para las bodegas a un negocio estratégico recogido en los libros de contabilidad. Diario LA RIOJA ha reunido a representantes de bodegas, de la gastronomía, de la empresa hotelera y del Gobierno de La Rioja para debatir sobre el asunto. Es un tema que ha sido polémico este año por el encontronazo público entre el tres estrellas Michelin Francis Paniego y el director general de Cultura y Turismo, Eduardo Rodríguez Osés. Paniego advertía de la «falta de profesionales» –en la que, por cierto, coinciden los empresarios que participan en este debate– y de la pérdida de turismo internacional al tiempo que hacía autocrítica también por la escasa implicación de los propios riojanos –también en el debate– y los continuos atentados contra el paisaje. Cerca está el ‘espejo’ del País Vasco que, con San Sebastián y Bilbao como grandes destinos, se han convertido en una referencia mundial del turismo gastronómico y, aunque hay un goteo que también llega a Rioja, muchas de estas visitas apenas si están un único día antes de regresar a las dos grandes capitales del norte.

Son cuestiones que, en mayor o menor medida, han salido durante la conversación en este debate. La polémica, a veces necesaria, llevó al Gobierno de LaRioja a planificar una nueva estrategia turística que está presentando, mientras que también un grupo de empresarios privados, de primer nivel en mucho casos e incluido el propio Paniego, decidieron formar un grupo de trabajo, una especie de ‘lobby’ del turismo, que está diseñando una propia estrategia. «Necesitamos una planifación para diez años y los gobiernos sólo puede ofrecer una para cada cuatro», advierte, Fernando Sáenz Duarte que, con Grate & Delassera, es una de las grandes referencias gastronómicas del país.

En unos meses se conocerán las propuestas, pero, si hay implicación empresarial como parece, puede empezar a marcarse un antes y un después desde el punto de vista enoturístico de la región. Ya han pasado los tiempos en que el enoturismo era visto como un negocio residual – «como un altavoz de nuestros vinos», en palabras de Agustín Santolaya, director general de Bodegas Roda y presidente de la Cata de la Estación– y ahora mismo es un objetivo estratégico para las bodegas.

Pedro Jiménez ha invertido siete millones en los últimos dos años en el Palacio Tondón (Briñas), Logroño (Hotel Isasa) y Haro. Cree que el turista de lujo se nos escapa de las manos, pero también que existe un extraordinario potencial por desarrollar.

Agustín Santolaya

«El enoturismo puede ser una gran ‘industria’ de generación de empleo»

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Fernando Sáez Duarte

«Es un momento de oportunidades porque estamos bajo mínimos»

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Pedro Jiménez

«Hay un turismo de gran calidad que se nos está escapando entre los dedos»

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Jorge Portu

«Está claro que la situación es mejorable, pero ya tenemos un flujo importante»

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