MONTECILLO. NAVARRETE

Montecillo redobla su apuesta por el origen

La tercera bodega más antigua de Rioja relanza la marca Viña Monty y su compromiso con la región por su 150 aniversario

Montecillo
Mercedes García Rupérez, en bodegas Montecillo. (Pincha para ver la galería).

Pocos conocen que la tercera bodega más antigua de Rioja no está en Haro, sino en Navarrete (la actual)y en Fuenmayor (la histórica). Es Bodegas Montecillo, fundada en 1870 y que Osborne –cuyas raíces vitivinícolas se remontan en Jerez a 1772– adquirió a la tercera generación de familia Navajas:«En 1973, al no tener descendientes que continuaran el legado, José Luis Navajas tuvo que escoger a quien confiarlo y eligió a otra centenaria familia vitivinícola, a Osborne», explica Mercedes García Rupérez, enóloga de la casa.

Montecillo, después de una década de inversiones para elaborar vinificaciones a la 'carta', como su Edición Limitada o su 22 Barricas Gran Reserva, ha rehabilitado también la bodega original de Fuenmayor de Celestino Navajas –un precioso calado del siglo XVI– para su relazamiento enoturístico por su 150 aniversario, aun con las limitaciones del COVID-19.

VIÑA MONTY GARNACHA 2015

Precio 35 euros

Varietal de viejas garnachas del Alto Najerilla con un 15% de la misma variedad de otro viñedo de Rioja Oriental. Elegante y frutal.
VIÑA MONTY GARNACHA 2015
Vídeo de la entrevista con Mercedes García Rupérez, en bodegas Montecillo.

Enológicamente, también hay novedades con el reposicionamiento la marca Viña Monty, la que expansionó en su día la bodega por todo el mundo:«José Luis Navajas, gracias a su preparación como enólogo en Borgoña, fue quien impulsó la calidad de nuestros vinos introduciendo técnicas pioneras en la región como la vinificación en frío», explica Mercedes.

Desde su origen, José Luis Navajas –que había estudiado en Borgoña y compartía amistad con Emile Peynaud– apostó con Viña Monty por una colección de varietales, de viñedos seleccionados:«Era un germen de los vinos de finca y es lo que hemos relanzado ahora con la gama Viña Monty, compuesta de un varietal de viura muy vieja de Sotés –con un pequeño aporte de tempranillo blanco–, de una garnacha del Alto Najerilla con un poco de garnacho de Rioja Oriental y de un graciano de Cenicero, también con un pequeño aporte de Rioja Oriental».

Tres vinazos, etiquetados como reserva de una bodega que no renuncia a los principios:«Nos gustan los vinos hechos, de forma que cuando los prueba el consumidor ya están afinados», explica la enóloga. «De hecho –agrega–, Montecillo es un monumento a los vinos de larga guarda, con un espectacular botellero en donde los vinos se hacen rodeados de oscuridad, calma y misterio;el paso de los años podrá convertirlos en grandes reservas, pero de momento evolucionan lentamente entre cientos de miles de botellas apiladas a mano cuidadosamente».

«Viña Monty fue un germen de los vinos de finca, varietales de viñedos concretos»

En todo caso, Mercedes García aclara que, para estar casi dos siglos y medio en el mercado como la familia Osborne, tienes que tener la mente abierta:«Montecillo elabora grandes vinos clásicos y eso es un principio irrenunciable, pero evolucionamos y con Viña Monty vamos hacia vinos un poco más frutales, que trabajamos mucho con las lías, pero seguimos pensando que estos vinos necesitan su tiempo en bodega para poder consumirse en plenitud». «Hay otras formas de elaborar –continua–, y lógicamente bodegas que no tienen capacidad de inmovilizar tanto tiempo los vinos, pero, tanto Jerez como Rioja, se caracterizan por hacer vinos capaces de vivir durante siglos diferentes y esa es nuestra gran especialidad».