LA OPINIÓN DE FERNANDO BÓBEDA
Por el buen camino
Tarde de cata con una docena de protagonistas: los nuevos vinos de Viñedos Singulares, en declinaciones de tempranillo, garnacha y blancos de viuras viejas. Caras de satisfacción entre los presentes e impresión general de notable, pero no de sobresaliente. Lo mejor, sin duda, la heterogeneidad, lo que demuestra que esta tierra ofrece un mundo de impresiones en copa que pocas zonas pueden proponer.
Del trío de variedades, destacaría esos tempranillos entrados en años, enormes, aquellos previos a su masificación, que aúnan, para pasmo de nuestros competidores, la profundidad y la elegancia como nin- gún otro. Mención especial para los blancos, que dejaron claro que ya están ahí y que complementan estupendamente la oferta de Rioja. La sensación final es que la senda escogida es la acertada, pero queda camino por andar. Hubo cuatro o cinco vinos de campeonato, grandes, de los que marcan diferencias. Junto a ellos, otros que 'progresan adecuadamente', pero a los que les quedan un par de pasos para alcanzar la matrícula de honor.