Una mirada hacia el pasado

Identidad de origen

Bodegas y viticultores redescubren la identidad de comarcas, pueblos y viñedos con la elaboración de vinos apegados al terruño y a las singularidades locales

Existe un consenso generalizado en que en esta bendita Rioja y, concretamente en su viñedo, se han hecho auténticas barrabasadas. Los años en los que el tempranillo –ojo, si buscamos un culpable no va a ser nunca la variedad– impuso una 'dictadura' que acabó con muchas cosas.

Por delante se llevó garnachas centenarias, otros tempranillos poco productivos, viuras y gracianos magníficos. En definitiva, formas de cultivo arraigadas en nuestra cultura y asociadas al terruño. Viñedos históricos que, no nos engañemos, nos habían llevado a lo más alto. Pero es que las cuentas no salían, o se podían mejorar… Aun así, como los galos del célebre cómic, hubo viticultores que se hicieron fuertes y supieron salvaguardar algunas de esas joyas, que hoy empiezan a ser valoradas. Porque ésa es la filosofía que mueve a estos valientes, poner en valor los viñedos que plantaron los abuelos donde el cereal no podía sobrevivir. Terrenos duros, pobres y suelos aptos para dar algunas de las mejores uvas del mundo. Y son nuestras, están aquí, en este pequeño territorio llamado Rioja.

Las bodegas: