BODEGAS FAUSTINO. OYÓN

Esos vinos 'señoritos'

La barrica es el sello de una tradición familiar cuyo legado es la viña

BODEGAS FAUSTINO
Botellas con historia y con muchas historias.

1861 fue el inicio de una historia familiar vinculada a las viñas, el comienzo de una tradición. «Don Eleuterio» abrió un futuro y «su hijo Faustino estableció la línea», destaca Jose María Moreda, uno de los enólogos del Grupo Faustino. «Desde el principio –participa Ricardo Goñi, director de Viticultura–, quedó claro que lo importante para hacer vinos eran las viñas y empezó a comprar. Ahora somos de las bodegas que más hectáreas tenemos. Es un pilar importante. Casi 700 hectáreas en Rioja». El legado es la viña y «el control de la uva desde el punto cero».

Faustino se lanzó también a comprar barricas, a hacer vinos al estilo Burdeos, a exportar. «Los vinos franceses aguantaban bastante por el proceso que tenían, primero de elaboración y luego de barrica, incluso embotellado, y ahí empieza la tradición de los vinos de crianza de toda la familia. Es la base de los grandes reservas y esa base ha ido mejorando poco a poco con el tiempo», analiza Moreda.

FAUSTINO I GRAN RESERVA

Precio 16,80 euros

Variedad Tempranillo, Graciano y Mazuelo
BODEGAS FAUSTINO

La meta era hacer vinos «señoritos», finos, elegantes. Y por eso, aun en líneas más modernas, «todos los tintos pasan por barrica» y Faustino I sigue siendo «el padre de todos». Este vino «cuenta la historia de la familia, ese comienzo de pasar por barrica y de embotellar, esas ganas de que el vino durara tiempo». Y el objetivo no ha variado: vinos «de largo recorrido, finos, que motiven, que puedan contar historias, que tengan matices».

«Laguardia, Oyón, Mendavia, Villafranca. Cada zona marca una línea, tiene su tipicidad», aprecia. Esa diversidad de climas, suelos y altitudes garantiza alternativas y diferencias de expresión de viñedo. «Eso es riqueza, porque tienes una gama muy amplia de distintos tipos de uva», dimensiona Goñi. Las viñas de Laguardia –30 años–, ubicadas en una ladera a las faldas de Sierra Cantabria, son «ahora mismo» el origen de la mayoría de vinos destinados a crianzas y reservas.