En la cocina de las bodegas
Rioja, identificada históricamente por los vinos finos, de larga crianza, empieza a explorar la diversidad de sus viñedos al tiempo que nuevas propuestas llegan a los mercados con gente joven, con mentalidad más abierta en la propia bodega, que enriquecen el panorama vitivinícola sin renunciar a los principios.
Si algo tiene Rioja que la diferencia del resto de regiones vitícolas españolas, y de buena parte del mundo, es la diversidad: de climas, suelos, viñedos..., pero también una experiencia de siglos de elaboración.
Las modas en el mundo del vino acostumbran a viajar de un extremo a otro del péndulo. Robert Parker, en los años 80 del siglo pasado, impuso la estructura, la intensidad de los vinos y también de las barricas y los tostados, que estuvieron de moda hasta bien entrado el siglo XXI.
En la actualidad, son los vinos parcelarios, artesanales, de mínima intervención e incluso sin sulfuroso añadido, las maceraciones con pieles, más ligeros y fáciles de beber, los que parece que se imponen en la cultura vinófila, hasta el punto de que incluso hay vinos que convierten defectos de elaboración en virtudes.
Rioja es conocida en el mundo por su especialización en la crianza de los vinos, algo que no está al alcance de todas las regiones vitícolas y, probablemente, la razón principal por la que los negociants franceses se fijaron en esta región en el siglo XIX para asegurarse el abastecimiento tras arrasar la filoxera sus viñedos.
Las bodegas históricas llevaron los vinos finos de Rioja por el mundo, pero la extraordinaria diversidad vitícola sigue siendo la asignatura digna de explorar. En esta nueva edición del veterano suplemento de vinos de Diario LA RIOJA hemos querido investigar las propuestas de elaboración, la bodega como parte del 'terroir' de los vinos –suelo, clima, variedad y la mano del hombre–, comenzando, por supuesto, por los más finos e históricos, por las largas crianzas y la especialización en el envejecimiento, pero sin obviar la elaboración, todavía más histórica, de la maceración carbónica o las nuevas propuestas de vinos más libres, creativos, menos sujetos a reglas y que contribuyen a ampliar el abanico de la diversidad.
También nos acordamos del grupo de renovadores de los años 90 del siglo pasado que ayudaron a Rioja a salir del 'aburrimiento', del sota, caballo y rey, y que, en gran parte, son la piedra angular del movimiento innovador y comprometido que vive la región en la actualidad. No olvidamos tampoco, los 'novísimos' Riojas, los vinos de viñedo singular que, con cuentagotas, van saliendo al mercado, en una cata de primicias.
Estas páginas son copas llenas de las diferentes ideas, conceptos y, sobre todos, vinos que, todos ellos, tienen un denominador común: son Rioja.