BODEGAS VIVANCO. BRIONES
Máximo respeto, mínima intervención
La familia Vivanco traslada su entusiasmo a la bodega, donde trata de que la uva evolucione de forma natural para convertirse en un gran vino
La familia Vivanco ha llevado su entusiasta atracción por el vino y La Rioja hasta su bodega de Briones, donde tanto esta como el museo reciben alrededor de 60.000 visitas anuales, de las cuales el 25% llegan en la época de vendimia, cuando la maquinaria mecánica y humana trabaja al máximo rendimiento.
Desde el planteamiento inicial, la bodega ha querido ser pionera, por ello no sólo trabaja con las variedades tradicionales de Rioja sino que siempre es de los primeros en hacerlo con las nuevas incorporaciones. Bajo la batuta de Rafa Vivanco, la bodega cuenta con tecnologías y metodologías pioneras aunque la instalación (inaugurada con la vendimia del 2005) ha recurrido a algo tan clásico como la construcción subterránea (aunque cuenta con entradas naturales para renovar el aire) para aprovechar la gravedad y la temperatura del subsuelo en un proceso con el menor gasto energético posible. La ubicación influye en el proceso de elaboración: la evolución es más lenta, pero por la humedad las tinas se secan menos.
CUATRO VARIETALES
Precio 27,40 euros
Variedades 70% Tempranillo, 15% Graciano, 10% Garnacha y 5% Mazuelo.
Los procesos parten de un conocimiento profundo de todas las variedades para trabajar con ellas de forma individualizada, separando la uva por parcelas y 'explotar' la aportación que el suelo pueda otorgar al vino. Se trata mayoritariamente, además, de una uva ecológica (aunque no toda esté certificada como tal), que pasa una selección en la bodega tras ser recogida en cajas pequeñas de forma minuciosa y delicada.
Una sala experimental con reducidos depósitos permite seguir los procesos a pequeña escala para poder introducir cambios, mientras a gran escala se sigue un programa de trazabilidad que permite conocer la situación de la elaboración y compararla con campañas anteriores.
Las naves de barricas –dotadas de suelo radiante para que la madera no se reseque– distinguen entre las de primer y segundo año. En ellas se han comenzado a introducir las barricas de 500 litros para mantener el vino más fresco y afrutado, especialmente en garnachas y tempranillos.