FINCA VALPIEDRA. FUENMAYOR

Vinos desde la viña

De una idea 'sencilla', el reinjerto de una viña, nace Petra, un varietal de garnacha y un reto apasionante

Petra de Valpiedra. Un vino y una historia apasionante con varios protagonistas:un hombre inquieto y enamorado de la enología pura, un viñedo entrado en años de cabernet sauvignon y garnachas centenarias del Alto Najerilla. Mejor que nos lo explique Lauren Rosillo, director técnico de Finca Valpiedra: «Era un viñedo de los años 80 de cabernet, cuando se plantó como experimental. Pero no me convencía en Rioja. En paralelo trabajaba en un reservorio de material genético antiguo con yemas de ciento y pico años del Alto Najerilla. Me pareció buena idea sobreinjertar estas antiguas vides de cabernet, con un interesante sistema radicular, en garnacha».

Y claro, ya puestos, se lanzó a hacer un vino de esa parcela con un terreno atípico para la variedad, aluvial, con el fin de que naciera un tinto diferente a lo conocido. «Yo pensaba que, uniendo estos tres componentes –base de viñedo con 40 años, suelo peculiar en un meandro del Ebro y yemas centenarias de Baños de Río Tobía–, sólo podía salir un vino excelente que mostrara parte de la esencia de aquellas garnachas que se bebían entonces, no tan alcohólicas. Quería encontrar la pureza de aquella Rioja en la que esta variedad era protagonista».

PETRA DE VALPIEDRA

Precio 40 euros

Tradición y modernidad de la mano de una garnacha criada en cemento.
PETRA DE VALPIEDRA

Vendimia a mano, fermentación en cemento sin sulfuroso, levaduras indígenas, sin control de temperatura, sin remontados, sólo con sus bazuqueos… «Sí, es sencillo con dedicación; es la manera en la que se han hecho siempre los vinos cuando no había demasiados medios y las bodegas eran familiares».

«Y luego, maloláctica en barrica nueva para armarlo y crianza en roble con cinco usos para que crezca poco a poco y que adquiera esa sutileza que tiene el 'garnacheo'». Los pilares de Lauren Rosillo para este Petra que sigue un rumbo marcado por la brújula de la honestidad.

Pero Finca Valpiedra es no parar. «Este año lanzamos un blanco reserva de la finca más vieja que tenemos, situada en una terraza sobre el río, que curiosamente es de blanco. Es una maravilla de justo después de la filoxera, con cerca de 120 años, de viura principalmente y apenas 0,2 hectáreas. Añada 2016, con dos años de barrica y otros dos de botella, sale esta Navidad y vale la pena probarlo porque es una joyita».