bodegas riojanas. Cenicero
Coherencia entre contenido y continente
Bodegas Riojanas ha adaptado su instalación al turismo sin olvidarse de que alberga vinos de larga trayectoria en la historia de la región vitícola
Bodegas Riojanas alberga en sus naves el sabor añejo de la historia. Ha sabido conservar el legado que el tiempo ha ido dejando en la instalación y adaptarlo a los nuevos tiempos para que el visitante disfrute de una experiencia con un viaje a través de los 130 años de su historia.
En la sala de sensaciones, el visitante disfruta el vino con los 5 sentidos
Desde el inicio, el aficionado descubre que la coherencia se ha mantenido a lo largo del tiempo y el ‘envoltorio’ que viste a los vinos de Riojanas es tan clásico como su carácter. Así se descubre en el elegante salón de actos que ahora ocupa lo que fuera la sala principal de la bodega primigenia, y en el que aún se vislumbran las trampillas de los depósitos.
El carácter didáctico acompaña al invitado en la visita aprovechando la sala de depósitos para explicar la elaboración de unos vinos que, en algunos casos, forman parte de los grandes momentos de una vida. Es el caso del Viña Albina, que durante mucho tiempo fue sinónimo exclusivo del vino de las bodas u otras grandes celebraciones.
Oferta enoturística
Pronto estarán disponibles para las visitas dos grandes lagares, como paso previo a la zona de botellero y unas salas donde el visitante puede oler el vino y sus diferentes matices, tocarlo a través de las maderas, raspones, etc., verlo con los diferentes tonos que adquiere según su edad y crianza y oírlo en un audiovisual.
El botellero histórico se enriquece con los hitos que acompañaron a cada una de las cosechas. Bodegas Riojanas trata de transmitir al visitante cómo la tradición ha asimilado la tecnología para producir unos vinos modernos, pero que son unos clásicos de Rioja.
Aires modernos soplan en torno a Monte Real
Monte Real
Gran Reserva