Viña ijalba. logroño
El carácter de los pioneros
Sin abandonar las señas de identidad del vino de esta tierra, Viña Ijalba ha ido abriendo nuevos caminos con la viticultura ecológica y con su colección de vinos varietales minoritarios
El origen de Viña Ijalba se encuentra en una antigua gravera. Ése era el escenario de trabajo de Dionisio Ruiz (constructor y extractor de áridos), pero decidió enriquecer ese suelo y plantar viñedo. Era 1975, aunque todavía tuvieron que pasar tres lustros más para que la bodega de la logroñesa Cuesta de Pavía viera la luz (1991).
Desde ese momento, Viña Ijalba –merced al carácter inquieto de su fundador y de las dos generaciones que le han seguido– ha demostrado que sin abandonar la tradición del Rioja se puede innovar, y mucho.
Las variedades históricas y la producción ecológica forjan Viña Ijalba
La bodega logroñesa fue la primera en producir vinos ecológicos, pero sin abandonar una elaboración tradicional cuyas directrices se han convertido en el legado inmaterial que ha ido pasando de padres a hijos, generación tras generación.
Oferta enoturística
A esa producción de vinos ecológicos, Viña Ijalba ha unido su inquietud por recuperar algunas variedades que habían caído en el olvido o incluso en el abandono pese a formar parte de la historia de la DOCa.
De esta forma, Viña Ijalba puede presumir ahora de cuatro vinos monovarietales de tempranillo blanco, maturana blanca, graciano (el primer varietal que salió al mercado) y maturana tinta, que proceden de viñedo propio. Así, envuelta en un halo de sostenibilidad que ahora está tan de moda, pero que en Viña Ijalba es intrínseco a su esencia porque ese respeto al medio ambiente se practica desde su fundación, la bodega avanza en el siglo XXI y se abre al visitante para proporcionarle la oportunidad de conocer el proceso, primero; y el producto acabado y embotellado, después.
Una bodega al lado del Camino