Bodegas Altanza. Fuenmayor

Viñedos monitorizados y controlados

Altanza se sirve de estaciones, calicatas y vuelos de dron para analizar las necesidades y reducir el uso de fitosanitarios y fertilizantes

Carlos Ferreiro, enólogo de Bodegas Altanza.
Carlos Ferreiro, enólogo de Bodegas Altanza.

La inclinación natural de Bodegas Altanza por el viñedo propio –alrededor del 60/70% del que gestiona– se traduce en grandes dosis de esfuerzo concentrado en el campo. Distintas estaciones meteorológicas facilitan el control de las necesidades de la vid en tiempo real con pluviómetros, dendrómetros y aerómetros. Eliminan, de este modo, el uso innecesario de fitosanitarios y fertilizantes, así como los excesos de riego. «Tomamos decisiones con mayor información y rapidez», reconoce Carlos Ferreiro, enólogo de la bodega.

En esta línea, realizan calicatas para entender los requisitos del mismo suelo o vuelos de dron para observar con rigor el estado de las cepas. «Para un cultivo que no necesita demasiada materia orgánica, a veces no necesitas añadir más. La viña tiene que sufrir un poco», indica Ferreiro. La filosofía de la bodega pasa por forzar a la planta para controlar la producción y obtener racimos y rendimientos acordes a la calidad que embotellan.

Valvarés de Altanza

Precio 9 euros

Primer vino que elabora la bodega con uvas provenientes al 100% de viñedo propio, de la finca Valvarés.
Valvarés de Altanza
Carlos Ferreiro, enólogo de Bodegas Altanza.
Carlos Ferreiro, enólogo de Bodegas Altanza.

Los vinos de Altanza incorporan el V-Label, que los certifica como veganos, ya que no emplean productos de origen animal en el proceso de elaboración. Asimismo, cultivan 60 hectáreas de olivo ecológico con el que elaboran su propio aceite 100 % arbequina. «Probablemente probemos en un futuro cercano con una línea de ecológico para vinos, pero también debemos valorar el contexto en general. Es más sencillo hacerlo en La Rioja Oriental que en La Rioja Alta, porque la pluviometría es más alta y, por tanto, el riesgo de enfermedades, mayor», razona.

««Probablemente probemos en el futuro con una línea ecológica de vinos»»

En bodega, los vinos adquieren una diferenciación muy peculiar gracias al empleo de levaduras autóctonas del viñedo propio, identificadas con el ‘terroir’. «Hace ya muchos años, sacamos un banco de levaduras que se trasladó a pruebas de microvinificaciones y, después, a pruebas industriales. A continuación, se hizo un estudio de bacterias y otro de nutrientes para esas levaduras», explica Ferreiro. Para cerrar el círculo, finalmente se integran como abono de nuevo en el cultivo. En cuanto a los proceso de la bodega, Altanza cuenta con el ISO 14001 que acredita su buena gestión ambiental.

La bodega prioriza asimismo a aquellos proveedores que manufacturan sus productos con mayores porcentajes de material reciclado. Y está preparando un plan de reducción de emisiones en relación al ‘packaging’, que ya tuvo sus efectos en el cambio de imagen del año pasado.