Bodegas Valdemar. Oyón
Espíritu valiente e innovador
El carácter aventurero de la familia de Valdemar le condujo a variedades en deshuso, al enoturismo accesible y de empresa e incluso a cruzar el Atlántico
Bodegas Valdemar lleva en su ADN la capacidad para superar barreras y eliminar fronteras. El primer contacto de la familia Martínez Bujanda con el mundo del vino data de antes de 1889, en un pequeño calado, pero no fue hasta prácticamente un siglo y cinco generaciones después, cuando alumbran la actual Valdemar en Oyón.
Desde 2016, Valdemar Estates elabora vinos norteamericanos
El carácter emprendedor e innovador de los fundadores pronto se pone de manifiesto con la plantación de variedades casi en desuso como el tempranillo blanco y la maturana tinta, y en la más reciente apuesta por el vino de parcela que ha derivado en los vinos más singulares.
En el propio diseño de la bodega, ese carácter innovador también se pone de manifiesto porque se construyen unas instalaciones para ser visitadas por todo el mundo sin distinción, totalmente accesibles para personas con discapacidad y aptas igualmente para albergar un enoturismo de empresa.
Además, la sostenibilidad es otro de los signos distintivos de la bodega desde su creación, cuando esa idea apenas era un concepto utópico. La filosofía de Valdemar ha salvado un obstáculo que parece infranqueable para muchas de las bodegas de Rioja.
La marca riojana ha saltado el Atlántico y desde octubre de 2016, la inauguración de Valdemar Estates hizo realidad el sueño de Jesús y Ana Martínez Bujanda (la quinta generación de la familia) de contar con una bodega propia en Estados Unidos, que se sitúa en la zona vinícola de Walla Walla (estado de Washington) donde se obtienen unos vinos de gran personalidad.
Oferta enoturística
Una bodega con las puertas abiertas