Familia Valdelana. Elciego

Todo lo que ofrece el vino para disfrutar

Valdelana sorprende al visitante con dos museos subterráneos, el túnel de los sentidos o el ‘jardín de las variedades’ con más de cien tipos de uva y entre ellas la que se utilizó para el vino de la Última Cena

Juan C. Berdonces Juan C. Berdonces Fernando Díaz Fernando Díaz
Capilla excavada en los calados en honor a la Virgen de la Plaza, patrona de Elciego.
Capilla excavada en los calados en honor a la Virgen de la Plaza, patrona de Elciego.

Cuando un visitante llega a la bodega de la familia Valdelana, la primera pregunta que le hacen es: ¿De cuánto tiempo dispone para estar con nosotros? Porque hay mucho que ver y disfrutar en el interior de un edificio que tiene sus orígenes en el siglo XV, pero también al aire libre en el ‘jardín de las variedades’, un viñedo experimental de cinco hectáreas que se expande hasta el límite de Álava con La Rioja.

Catorce generaciones llevan haciendo vino en una de las bodegas más antiguas de Rioja, de hace 439 años

El recorrido por los calados permite visitar dos museos, uno etnológico donde hay restos de todas las épocas que nos han precedido –Jurásico, Paleolítico, Neolítico, imperios celta y romano...– y otro enológico con la maquinaria y los aperos utilizados «por nuestros antepasados para vendimiar y hacer vino. Hay piezas que son auténticas reliquias», cuenta Juan Valdelana, que junto a su padre Juan Jesús y su hermana Judit están al frente de la bodega familiar. La visita subterránea finaliza en el túnel de los sentidos, compuesto por depósitos y lagos de fermentación restaurados y donde se pueden apreciar los colores del vino, experimentar con los aromas y sabores o conocer las temperaturas ideales de elaboración.

Juan Valdelana brinda en el columpio del ‘jardín de las variedades’, en el límite de Álava con La Rioja.
Juan Valdelana brinda en el columpio del ‘jardín de las variedades’, en el límite de Álava con La Rioja.

A poco más de un kilómetro de la bodega se encuentra el ‘jardín de las variedades’, cinco hectáreas de un viñedo experimental con ejemplares de un centenar de tipos de uva, entre ellas la ‘marawi’, que se utilizó, según diferentes investigaciones, para elabora el vino de la Última Cena. En Valdelana se han propuesto recuperar esta variedad y hacer vino dentro de tres años. Para que la experiencia sea completa van a recrear una bodega del siglo I con lagar y molina de trigo.

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