Objetivo: sentir una bodega

Las visitas de Bodegas Riojanas buscan atraer al turista de una manera amena

Bodegas Riojanas. Cenicero. Dirección Avda. Dr. Ricardo Ruiz Azcárraga, 1. Teléfono 941-454050 Web bodegasriojanas.com. Correo electrónico info@bodegasriojanas.com

Objetivo: sentir una bodega

Las visitas de Bodegas Riojanas buscan atraer al turista de una manera amena

Bodegas Riojanas. Cenicero. Dirección Avda. Dr. Ricardo Ruiz Azcárraga, 1. Teléfono 941-454050 Web bodegasriojanas.com. Correo electrónico info@bodegasriojanas.com.

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El enoturismo en Bodegas Riojanas gira en torno a un lema: ‘Atrévete a sentir una bodega’. «Buscamos huir de las típicas visitas y, por ese motivo, intentamos darles un toque más personal y divertido», expone Anabel Hernández. «Queremos que sea un viaje a través del tiempo», apostilla la ‘product manager’ de la bodega. Para conseguir esas metas, las visitas arrancan siempre en la bodega original, datada en 1890.

«A partir de ahí, los turistas van descubriendo poco a poco cómo hemos ido creciendo», cuenta Miriam Pérez, la responsable de enoturismo de la bodega. Así, el visitante va transitando por las diferentes ampliaciones realizadas en las instalaciones de Cenicero para terminar en un espacio en el que los sentidos juegan un papel principal. «Queremos que el que venga a Bodegas Riojanas también se vaya con la sensación de haber aprendido algo», expone la responsable de Enoturismo de Bodegas Riojanas.

Así, se descubren los colores del vino y sus aromas o se palpan las cepas, entre otras actividades. «El camino termina en la vinoteca, pero antes los turistas ven un vídeo de siete minutos en el que descubren los sonidos de todo el proceso de elaboración del vino, desde la botella, pasando por la fabricación de las barricas o la fermentación en depósitos», enumera Pérez. Esta actividad se engloba dentro de una apuesta por el enoturismo que en Bodegas Riojanas comenzó a tomar forma en el 2012.

«Desde entonces no hemos parado de crecer», señala Miriam Pérez. «E intentamos además ofrecer siempre algo nuevo porque hay muchas personas que repiten la visita y no queremos que se encuentren siempre con lo mismo», añade. «Nuestros objetivos son, por un parte, poder fidelizar a los clientes con nuestras marcas y, por otra, que éstos tomen conciencia de todo el proceso que hay detrás de la elaboración de un vino porque sólo así sabrán cuánto vale realmente una botella», relata Anabel Hernández.

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