Marqués de Cáceres decidió hace aproximadamente cuatro años apostar por el enoturismo. Pero en la bodega de Cenicero querían dar un paso más en el concepto tradicional de visitas turísticas. «Nuestra intención era no sólo mostrar el proceso de elaboración del vino, sino que la gente aprendiera algo», apunta Leticia Ruiz. Por esa razón, el recorrido por la bodega, llamado ‘Visita VIP’ pretende ser muy didáctico.

«Tenemos, por ejemplo, un espacio en el que explicamos todo lo que tiene que ver con el corcho y las botellas», señala la responsable del departamento de marketing. «Los visitantes tienen en él la oportunidad de palpar los diferentes tipos de corchos o incluso la corteza de un alcornoque», añade Ruiz. Lo mismo ocurre en otras partes del paseo con las barricas o con los tipos de suelo. Esas visitas concluyen siempre en la sala de catas, donde los turistas tienen la oportunidad de catar cuatro vinos de la bodega. «Buscamos que esos vinos no sean los típicos, sino los que resultan más complicados de encontrar», recalca Ruiz. De hecho, los visitantes prueban el Antea Blanco Edición Limitada, el Gran Reserva, el MC Generación y el Gaudium, acompañados todos ellos con queso de Cameros.

Además, Marqués de Cáceres se ha especializado igualmente en la organización de eventos. Así, sus instalaciones acogen desde clases magistrales del enólogo Fernando Costa hasta clases de yoga con almuerzos saludables incluidos. También existe un espacio para eventos y todas las noches de San Juan se lleva a cabo el ‘Wine Festival’, un evento en el que la música y la gastronomía se dan la mano para dar lugar a un entorno idóneo para degustar los vinos de la bodega.