Detrás de la oferta enoturística de Bodegas Valdelana hay una importante labor de investigación y estudio. Sólo así se puede configurar un recorrido en el que el turista puede desde visitar varios asentamientos prehistóricos hasta maridar vinos con estrellas.

«Queremos ofrecer un turismo cultural a nuestros visitantes», expone el propietario de la bodega familiar de Elciego, Juanje Valdelana. Con esa mentalidad se ha diseñado una experiencia que arranca en cuatro asentamientos prehistóricos: un dolmen del Neolítico, un poblado visigodo, un poblado romano y una necrópolis. Todos ellos son propiedad de la familia Valdelana. «Y en cada uno de ellos explicamos a qué se dedicaban las personas en esa época y qué tipo de vino consumían», cuenta el propietario de la bodega. «También tenemos la opción de ir al monte para ver la ‘vitis vinifera’ en su estado salvaje», apostilla.

La siguiente parada es la propia bodega, donde se conservan restos arqueológicos, desde el Jurásico hasta la actualidad, y después la ruta continúa hasta el llamado Jardín de las Variedades, donde hay plantadas 135 variedades de uva de todo el mundo, incluido un clon de ‘Marawi’, la del vino de la última cena de Jesucristo. «Además, ahora estamos construyendo, junto a un equipo de técnicos de Israel, una bodega del siglo I», recalca. La experiencia en Valdelana se completa con el llamado maridaje estelar.

«Contamos con un equipo que localiza las estrellas con un láser azul y absorbe la información para proyectarla a tiempo real en una pantalla», cuenta Valdelana. «Entonces nosotros explicamos las características de dicha estrella, qué hacían los viticultores con respecto a su posición y la maridamos con un vino e incluso con una canción», añade. «Esta experiencia nos ha situado a nivel mundial y, de hecho, la hemos llevado a numerosos países con mucho éxito», remata. Esta completa y novedosa oferta se completa con un alojamiento agroturístico situado en la propia bodega de Elciego.