Uno de los mayores valores del Grupo Faustino es su historia. Sus más de 150 años de trayectoria le avalan y por eso se han convertido en una parte esencial de la visita que se realiza a las bodega de Oyón. «Están muy enfocadas a nuestra historia», apunta Beatriz García López, la coordinadora de Enoturismo del grupo. Así, el recorrido por las instalaciones de Oyón arranca siempre por un edificio, el último en construirse, que alberga un museo y una llamativa sala de barricas.

«Queremos que la gente cuando se vaya se quede con la idea de que somos una empresa familiar nacida en 1861 y que cuenta ya con siete bodegas en cinco denominaciones de origen diferentes», expone García López. Así, en dicho museo el visitante puede conocer al fundador del grupo, Eleuterio Martínez Arzok, o descubrir las distintas fases del proceso de elaboración de los vinos.

Además, la bodega cuenta con otras instalaciones como un auditorio y un comedor y organiza otro tipo de visitas. «Durante estos meses tenemos por ejemplo un recorrido teatralizado en el que el personaje que aparece en nuestras botellas de Faustino I es el que guía a los visitantes», cuenta la coordinadora de Enoturismo del Grupo Faustino. «Y también tenemos otras propuestas como una que incluye un taller olfativo en el que los participantes deben reconocer varios aromas», apunta García López.

«Lo hacemos, además, a modo de concurso y al que gana le damos un magnum», remata. Esa apuesta enoturística se traslada igualmente a las otras instalaciones del grupo en Rioja: Campillo. En Laguardia, el turista descubre la primera bodega diseñada por un arquitecto y construida además bajo el modelo del ‘château’ bordelés.