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Cuando lo que importa es el viaje

Ramón Bilbao se abre a un recorrido por los sentidos desde su bodega de Haro, donde el visitante llega atraído por una marca que ya conoce

TOÑO DEL RÍO Toño del Río Justo Rodríguez Justo Rodríguez
Paula Zúñiga (d) y Oaya Salazar, son responsables de enoturismo de Ramón Bilbao.
Paula Zúñiga (d) y Oaya Salazar, son responsables de enoturismo de Ramón Bilbao.

Lo importante del viaje es... el viaje. Lo de llegar antes o después es ocioso. Al final, llegaremos todos amasados por el camino recorrido. Ramón Bilbao apostó por echarse a ese monte, a un infinito camino imaginario, en los albores del siglo, y sigue en ese empeño desde las miles de botellas que salen de sus reposaderos de Haro y desde el corazón con el que abren las puertas de la bodega de la avenida de Santo Domingo y reciben al visitante.

En la nave de barricas donde se crían los vinos de la Lomba.
En la nave de barricas donde se crían los vinos de la Lomba.

Presume Ramón Bilbao de la historia de, claro, Ramón Bilbao (Murga), el hombre que lo empezó todo en 1924 y de cuyo espíritu aventurero hace gala la bodega. Su historia entre novelera y romántica, entre bohemia y visionaria, es el hilo por el que se conduce un relato tan bien trenzado como ilustrado que atraviesa todas las áreas del negocio. Hasta, o desde, la faceta enoturística que en 2004 adoptó forma y rigor desde el impulso de Rodolfo Bastida (director general de RB) y un equipo que hoy capitanean Paula Zúñiga y Oaya Salazar.

Oferta enoturística

Capitanean y tratan de orientar hacia las emociones del visitante desde la diferencia que les procura, ya de entrada, su ubicación geográfica fuera del Barrio de la Estación. «La gente espera que le enseñamos una bodega de forma diferente», cuentan. Porque «la mayoría vienen atraídos por una marca que ya conocen». Ramón Bilbao trata de personalizar al máximo cada visita , concientes como se declararan sus responsables de la importancia del «impacto» en el visitante. Visitas al viñedo en bici, catas de quesos o chocolate, un «duelo de duelas» para poner en valor las maderas donde descansa el vino. Y hasta un trivial vitivinícola para recordar y repetir ese viaje al que el visitante de Ramón Bilbao se suma según entra por la puerta en busca de emociones. «Lo que buscamos es tocar el corazón de cada visita», resume Paula Zúñiga.

Viñedos con límites

Ramón Bilbao

Reserva 2016

Tempranillo (90%) y Mazuelo y Graciano de viñedos de más de 40 años de Rioja Alta. Una cosecha excelente.
Viña Arana