VINOS EN VOZ BAJA. ALDEANUEVA DE EBRO
Genio y figura
Carlos Mazo, Vinos en Voz Baja, parece contradecirse a sí mismo: defiende en voz alta y clara sus convicciones
Carlos Mazo, Vinos en Voz Baja, reivindica su manera de hacer vino desde Aldeanueva de Ebro. La forma que aprendió desde pequeño y que ha sabido amoldar a su gusto. Así de simple. «Nuestros vinos son diferentes, traen recuerdos de otros tiempos porque, si soy sincero, ni tenemos medios ni queremos intervenir en lo que llega del campo», argumenta. «Con lo que tenemos –continúa–, salimos adelante, imprimiendo nuestro toque personal y de región».
COSTUMBRES
Precio 15 euros
Predomina la garnacha con tempranillo y pasera. Vino típico «de la región».
Tras un trago a su Costumbres, estupendo como siempre, continúa el de Aldeanueva: «Trabajamos las viñas que me han llegado y que para mí son las mejores porque las cuido y las mimo lo mejor que puedo. Todos mis vinos tienen un hilo conductor que marca mi estilo: elaboro con uva entera, sin productos enológicos fuera del sulfuroso y con un leve paso por madera. Me gustaría con las seis hectáreas que trabajo desmarcarme de la línea de cantidad que se achaca a esta zona. Quiero que uvas como las mías, de calidad, no acaben en depósitos de 80.000 litros y se les dé la importancia que tienen».
Andando con cuidado para no tropezar con alguna de sus damajuanas, el viticultor nos conduce a la 'sala de crianza'. Mérito, mérito es la palabra que se me ocurre. ¿Cómo pueden salir con tan pocos medios tintos y blancos de tanta calidad? «Dando vueltas a la cabeza –explica Carlos– me he decidido por una gama de vinos en pirámide: el vino base de la comarca, que es el Costumbres; por encima, uno de Aldeanueva dentro de la categoría de municipio. Y, por encima de ambos, otra pareja, un vino de paraje con garnachas de la zona de Las Planas, y otro de viña, el Erosivo, de una parcela plantada en 1954 con un graciano de Alfaro que sorprende».
Viendo su nueva bodega en el centro del pueblo, me viene a la mente si es necesaria tanta prosopopeya en los vinos. Ahí se queda la idea, dando vueltas en mi cabeza viendo a Carlos trajinar, yendo y viniendo entre damajuanas y barricas, creando vinos sencillos de elaboración y estupendos al descorcharlos.