Bodegas Vivanco. Briones
La vida es sueño
Más de dos millones de visitas hacen del Museo Vivanco de la Cultura del Vino una referencia mundial enoturística. Junto con la bodega, es una oferta única para conocer el vino y sus 8.000 años de historia y estrecha relación con el hombre
El sueño de Pedro Vivanco se forja cuando estudia Enología en Requena en los años setenta. Para entonces ya había recorrido todas las zonas vitícolas de España y entendió que, además de estar enamorado del vino, había que dar valor a la cultura que le acompaña. Veía que la maquinaria y aperos antiguos se estaban abandonando y empezó a comprarlos». Así contextualiza Santiago Vivanco, hijo de Pedro, el origen del declarado oficialmente mejor museo del vino del mundo: el Museo de la Cultura del Vino de Briones de la familia Vivanco. «Al volver a La Rioja –continua Santiago– se centró en los libros, siempre relacionados con el vino, y por las viejas bombas, prensas, cántaras… todo lo que le parecía curioso. Su idea orginal era juntar ese patrimonio para mostrarlo en un pabellón agrícola acondicionado».
En España, por entonces, el único museo que había era el de Villafranca del Penedés: «Viajó con compañeros enológos por Francia, Italia, Napa o Sudáfrica y fue viendo otras cosas, pero el momento mágico ocurrió en un restaurante de Venecia, cuando vio que una de sus paredes estaba decorada enteramente de sacacorchos como los que él coleccionaba», comenta Santiago con una sonrisa.
Pedro (ya fallecido) empezaba a tramar algo más grande. Su mujer, Angélica, le animaba y pidió consejo a expertos como Luis Vicente Elías: «Así como mi hermano Rafa fue por la rama enológica yo heredé de mi madre la vena más artística, me involucré y convocamos un concurso de empresas de museografía a nivel nacional, visitamos museos como el de Beaune, en Borgoña, o el Martini, en Turín. La ilusión se hizo realidad el 2004, después de 30 años de compra de fondos». Fue cuando Pedro Vivanco cerró el círculo, con su hijo Rafa en los ‘fogones, elaborando sus vinos, y con su otro hijo, Santi, en la gestión del Museo y la Fundación. El resultado de aquel sueño es hoy un museo referencia en todo el planeta, que ha ido mucho más allá de la idea primigenia. Una auténtica revolución, un concepto cultural en 360 grados con una propuesta enológica, artística y experiencial que le hace estar en la lista 2022 de las 50 mejores bodegas enoturísticas dle mundo: «Entre mi madre y yo convencimos a mi padre y el resultado es el que ves, con la creación de la Fundación Vivanco para devolver al vino todo lo que a la familia le había dado. La gente disfruta con piezas milenarias del antiguo Egipto, con obras de Sorolla, Picasso, Barceló, Miró, Durero, Warhol, Chagall… y con un hilo conductor, ya que todo está relacionado con el vino a través de los 8.000 años de historia y unión con el hombre».
Una oferta ampllia de experiencias
Oferta enoturística
Tudelilla
Haciendo bueno el dicho de que a veces el azar te regala un pequeño milagro, el futuro se abre con otro proyecto en marcha que cautiva a Santi: «La uva de Tudelilla es una de las bases de nuestros vinos, le tenemos un cariño especial, y en uno de nuestros viñedos, La Noguera, descubrimos una granja cisterciense con sus lagares y una bodega del siglo XIII, además de otra bodega romana donde aparecieron pepitas de uva, semillas y enterramientos». «También han salido a la luz restos árabes y visigodos, con lo que tenemos un banco de datos enocultural de enorme valor que permite elucubrar el relato de la historia riojana relacionado con el vino a lo largo de 2.000 años», explica entusiasmado Santiago Vivanco.
Tras más de dos millones de visitas, en 2024, vigésimo aniversario, la familia ampliará la zona expositiva del Museo de la Cultura del Vino. Pedro Vivanco lo vio claro hace años y acertó, la vida es sueño decía Calderón y, en ocasiones, los sueños se hacen realidad.
Vicanco Brunes 2019
Vino de pueblo