Bodegas Beronia. ollauri
Medio siglo después
En 1973 un grupo de amigos fundó Beronia en Ollauri y, cincuenta años después, González Byass abre una extaordinaria bodega integrada en el paisaje y 100% que pone en valor las uvas de la comarca
fernando bóbeda 
Nacida entre amigos para disfrutar entre amigos. Es el lema original de Bodegas Beronia, fundada en 1973 por un grupo de industriales vascos. Ha pasado casi medio siglo desde entonces y hoy el grupo González Byass, la actual propiedad, acaba de inaugurar una espectacular bodega que nace, explica la enóloga María Jesús Sáez, «para vinificar los vinos más especiales y singulares en un espacio aparte».
Está en un desnivel que aprovecha el concepto de gravedad, fermentando por separado las mejores parcelas, ligando viñedo y terruño, innovando con nuevos materiales de crianza, diferentes tonelerías y tamaños. Hay, sin duda, inquietud en la bodega de Ollauri. «Contamos con mejores medios y comodidad. Aquí elaboramos los monovarietales de tempranillo, graciano y el mazuelo reserva. Tenemos un vino singular que sale ya al mercado, Beronia Vareia, y otro para más adelante que se llamará Montenegro. No paramos», indica la enóloga.
Toma el elevo en la conversación Raquel Rupérez, al frente del enoturismo: «Estamos empezando la marca enoturística, pero de momento presentamos en gran medida la bodega en canal interno. Llevamos poco más de un año abiertos y ahora es un proyecto basado en tours centrados en el campo arquitectónico y de sostenibilidad, porque el edidicio es un lujo arquitectónico y sostenible al 100%. Sí ofrecemos, aparte de las visitas concertadas, nuestro wine bar a todo quien quiera acercarse para tomar un vino y disfrutar de los paisajes de Ollauri.».
La hora de la comida
El origen de Beronia fue un txoko, por lo que, hilando fino, una de sus propuestas turísticas une vino y comida: «El aficionado quiere ver la bodega y luego comer en nuestro txoko el menú típico de esta tierra. La oferta está pensada para grupos de 10-12 personas con menestra, patatas con chorizo, bacalao y chuletillas. También tenemos un menú de vanguardia que trabajamos con cocineros como Bruno Oteiza, Miguel Caño, de Nublo, o Ángel, de La Vieja Bodega». Beronia organiza incluso talleres gastronómicos con profesionales que enseñan a cocinar un plato y luego lo maridan con sus vinos para 40-45 personas.
El edificio es una preciosidad que te integra sugerente, una especie de bumerán con todo el techo paseable:«Rodeando el edificio tenemos los jardines aromáticos que, aparte de su función lúdica, atraen a la fauna autóctona y es donde realizamos los cócteles, vinculando vinos y naturaleza con monte bajo, sotobosque, albahaca, tomillo, manzanilla, romero… Es decir, jugando con los cinco sentidos y con un jardín también de variedades vitícolas».
Y siempre presente el paisaje de Rioja Alta, con la sierra de la Demanda al Sur y la de Cantabria, al Norte. El San Lorenzo domina a lo mejos. «No me extraña», concluye Raquel, «que la gente no se quiera ir de la bodega y quiera tomar otro vino en la terraza del wine bar». A mí tampoco.
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