Bodegas Urbina pone en macha un plan madurado desde hace años con los nuevos espumosos de Rioja
Texto y fotos: Sergio Martínez
Bodegas Urbina ya ha empezado a poner en marcha una ambición que se remonta años atrás, cuando Pedro Benito Urbina, fundador de la bodega y antiguo director de la Estación Enológica de Haro, comunicó a sus hijos que había que intentar elaborar espumosos con unas viñas antiguas y de calidad que observan de cerca la bodega. Finalmente, la apertura de Rioja a estos vinos ha permitido hacer realidad esa idea madurada con tiempo y convicción.
«La verdadera revolución de Rioja, más que la de los viñedos singulares, que siempre ha habido, es la de los vinos espumosos», apunta Ángel Benito, que incide en la importancia de «enfocar la estrategia de Rioja en un espumoso de calidad y valor añadido», frente a las luchas por los precios bajos y los grandes consumos.
Para realizar un vino que cumpla con los requisitos del Consejo Regulador y su propia exigencia, Bodegas Urbina tenía claro desde un primer momento la parcela donde encontrar la materia prima, esa viura tan especial con la que adentrarse en esta aventura. «La finca que tenemos cuenta con características similares a las de Champagne y de ella sacó la idea nuestro padre de hacer espumoso», explica Ángel Benito, describiendo un viñedo antiguo, «que aporta complejidad aromática» y que cumple también con los requisitos de viñedos singulares.
«Nuestros clientes están esperando con curiosidad que salga al mercado»
Precisamente esa parcela se mantuvo en la época en la que se arrancaron muchas viñas viejas de blanco: «Nos gustaba su calidad independientemente de los mercados y además siempre hemos creído en los blancos», explica Ángel Benito. Contar con un lugar así es una gran ventaja y un paso básico para la elaboración de un espumoso de calidad, pero el trabajo en bodega también es fundamental, delicado y novedoso: «No tiene nada que ver con el resto de vinos».
Bodegas Urbina ha comenzado hace escasas semanas el proceso del que será su primer vino espumoso, que tendrá un largo envejecimiento en botella y busca un estilo de Champagne Grand Cru. Un vino que aún es un modesto presente en base a una idea pasada pero que busca un ambicioso futuro. «Todos nuestros clientes quieren por lo menos probarlo y ya están esperando con curiosidad que salga al mercado», concluye Ángel Benito.
Bodegas Urbina se ha sumado a la revolución de los espumosos.