Bodegas D. Mateos. Aldeanueva de Ebro

El triunfo de la insensatez

D. Mateos basa en el potencial de su materia prima y en la experiencia su apuesta por la garnacha

Sergio Martínez

Siempre se ha dicho que Rioja es la tierra de los grandes tempranillos. ¡Pues toma garnacha riojana! La frase que aparece en la etiqueta de uno de los vinos de Bodegas D. Mateos es toda una declaración de intenciones. La refleja ‘Insensato’ para ser más concretos, un monovarietal de garnacha dentro de la propuesta más desenfadada de la bodega de Aldeanueva. Quizá muchos tachaban precisamente de insensatos a aquellos que desde hace décadas apuestan por esta variedad que está permitiendo a bodegas como la aldeana encontrar un camino propio basado en la experiencia adquirida y en un potencial de viñedo único.

La Mateo Garnacha

Variedad 100% Garnacha. Crianza 15 meses en barrica de roble francés. Precio 40 euros

«Soy un enamorado de la garnacha y sigo plantando porque creo en ella», afirma Mateo Ruiz, satisfecho porque Rioja este «redescubriendo» una variedad de tanta tradición. Bodegas D. Mateo es una bodega joven, con veinte años de existencia, pero cuenta con un gran legado familiar, con «un viñedo que es herencia de siete generaciones», apunta su responsable, que define su proyecto con «vinos arraigados a la tradición, con énfasis en la familia y los sentimientos, aportando elementos actuales». ‘La Mateo’, su vino de garnacha más especial, elaborado con sus viñas más longevas, de setenta años, es el ejemplo de lo primero. «Su maduración es armónica y perfecta», detalla.

La fama de las garnachas riojabajeñas está encontrando un nueva juventud, reivindicando su potencial en una región que durante tanto tiempo las dejó de lado. «Cuando comencé a hacer vinos de garnacha me decían si estaba loco. Ahora parece que la revolución de Rioja viene por las garnachas», apunta Mateo Ruiz, que presume además de las condiciones únicas que encuentra esta variedad en La Rioja Baja: «Cuenta con las virtudes de concentración y potencia de las garnachas de las faldas del Moncayo y con la elegancia y la finura de Rioja».

Mazuelo, graciano y tempranillo blanco también entran en la ecuación de Bodegas D. Mateos. «Tenemos que ofrecer vinos con personalidad, que sorprendan», concluye Mateo Ruiz.

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