HACIENDA LÓPEZ DE HARO. SAN VICENTE DE LA SONSIERRA

Un bullir de ideas

En Hacienda López de Haro, la bodega experimental es un auténtico no parar

En la cabeza de Richi Arambarri bullen cientos de ideas. Y en la del equipo de Hacienda López de Haro, compuesto por gente como Pedro Balda o Raúl Acha, otras tantas. «Ahora mismo tenemos varias líneas de investigación que luego fructificarán o no, que no siempre se acierta… A día de hoy, hay tres ideas que sí que salen adelante: vinos naturales, espumosos y vinos de zona y de parcela.

Vamos por partes: «Los vinos sin sulfitos, aunque llevamos trabajando desde 2009, han dado el paso definitivo con Pedro, un pionero en este campo. Es un verdadero reto hacer vinos con la mínima intervención apoyándonos en una viticultura ecológica, donde sea la viña la que se equilibre por sí misma. Un camino precioso, expresando pureza porque llega tal cual sale de la viña». Apuntar que hay mucho interés en el mercado internacional por este tipo de vinos.

Selección 30 barricas

Precio 31 euros

Ensamblaje de los mejores tempranillos de la zona de la Sonsierra junto con garnachas de Cárdenas
Selección 30 barricas

Capítulo dos, espumosos, un mundo en Rioja completamente abierto. «La idea surge de mi padre. Él es de Badarán y, viendo el entorno del valle fuera de la DOCa, siempre mantenía que era una comarca perfecta para espumosos, con un potencial enorme por ser límite en temperaturas. Champaña, Borgoña o Alsacia comparten clima con esta comarca, frío y más extremo que el mediterráneo, centro del cava». «Estamos ilusionadísimos con este proyecto», apunta Richi, «y desde 2015 elaboramos para demostrar que, incluso fuera de la DOCa aunque dentro de La Rioja, podemos hacer algunos de los mejores espumosos del país. Tienen una acidez natural muy alta, lo que unido a largas crianzas en botella, dan un resultado excelente. De momento, un blanc de blancs donde domina la viura y un blanc de noirs de garnacha».

Ricardo Arambarri, corquete en mano, en vendimias.
Ricardo Arambarri, corquete en mano, en vendimias.

«Si dejáramos de soñar no seríamos Vintae», un eslogan que casa perfectamente con el inquieto equipo y que me lleva directamente al capítulo tres: los viñedos singulares. El Pacto de Navaridas y El Pacto de Cárdenas, uno de tempranillo y otro de garnacha serán parte de la familia de la bodega de San Vicente en breve. Estos chicos no paran…