«La Estación es una referencia nacional por su rigurosidad en el análisis»

Íñigo Nagore. Consejero de Agricultura de La Rioja

La ecuación que permite despejar el futuro de la Estación Enológica se sustenta en dos variables de las que el consejero de Agricultura de La Rioja, Íñigo Nagore, se siente especialmente orgulloso en su condición de responsable de la institución: la absoluta confianza de sus clientes y el compromiso y buen hacer de sus trabajadores. A partir de ahí, Nagore revisita los 125 años en los que la Enológica ha asumido un protagonismo clave para el sector y se proyecta en el ambicioso proyecto de futuro de la misma.

– La Enológica fue parte activa en el nacimiento del Consejo Regulador, pero el protagonismo como ‘guardián’ de la DOC quedó reservado al segundo. En su opinión, ¿se ha reconocido la importancia histórica de la Enológica para Rioja?

– Sí, por supuesto, es algo asumido e interiorizado por todo el sector. Otra cosa es que su labor técnica, callada pero imprescindible para el desarrollo vitivinícola y como garante del vino de calidad, no se situe en un primer plano a diario por la propia evolución de centro que hoy, manteniendo su vocación de servicio, tiene un perfil orientado al campo de la enología, la analítica de vinos, el asesoramiento a bodegas y el apoyo a los proyectos de investigación. La Enológica fue clave para impulsar la DOCa Rioja y es lógico el protagonismo del Consejo Regulador una vez consolidada la Denominación. No obstante, el Consejo es su principal cliente y continúa siendo el centro en el que se apoya para el control de calidad de sus vinos en la zona de La Rioja, y también para el control de maduración de las uvas que fija el momento óptimo de la vendimia.

– ¿Podríamos imaginar Rioja tal y como es ahora sin una Estación Enológica como la de Haro?

– No solo Rioja, sin la Enológica no podríamos hablar de la vitivinicultura tal y como hoy la conocemos en esta comunidad autónoma. Nuestra revista Cuaderno de Campo lo resumió muy bien: «La Estación Enológica comenzó a ser cuando Rioja todavía no era, pero se intuía lo que podía llegar a ser». Su trabajo en los primeros años de la filoxera fue determinante para poder recuperar el viñedo perdido y comenzar de nuevo, pero también lo fue su labor en el área de experimentación para determinar cuáles eran las variedades más adecuadas para cultivar; sin olvidar el papel fundamental desempeñado en la transmisión de conocimiento a viticultores y bodegueros. Por otro lado, creo que es importante destacar otro hecho singular que caracteriza a la Estación Enológica como es su ubicación en un edificio histórico, que forma parte de nuestro patrimonio, y donde ha permanecido desde su fundación.

«La Enológica ha fortalecido sus pilares adaptándose al mercado y siendo fiel a la apuesta por la calidad»

– ¿Sería exagerado encontrar en la Estación el primer antecedente de lo que hoy damos en llamar I+D?

– No sé si el primer antecedente, pero sí de los primeros. La Enológica nació en un momento, el año 1892, en el que no existía el concepto de investigación como hoy lo entendemos. En sus inicios se centró tanto en la investigación y desarrollo agrario en el ámbito de viticultura, como en la transferencia de conocimiento al sector. Desde los años ochenta, su labor se ha centrado en la enología y analítica de vinos; la asistencia técnica a bodegas, sin dejar al margen la labor divulgativa, convirtiéndose en la primera estación enológica española en conseguir la acreditación por ENAC para la mayoría de los parámetros que se analizan en sus laboratorios.

– La Enológica hizo una decidida apuesta por el trabajo de laboratorio, abriéndose a nuevos clientes de fuera de Rioja. ¿Está garantizado así el presente y el futuro de la institución?

– En el último cuarto de siglo, además de fortalecer su competencia técnica a través de nuevos parámetros acreditados y puesta a punto de nuevos métodos, ha centrado su labor en ayudar al sector a resolver, por un lado, los problemas con los que se ha encontrado al llevar a cabo transacciones comerciales tanto en el interior como exterior del país, como los surgidos durante la vinificación o posterior crianza, etc. La suma de estas dos vertientes, analítica y de apoyo al sector en sus diferentes problemáticas, son lo que ha convertido a la Estación Enológica en una referencia nacional por su rigurosidad y acreditación en el análisis. Precisamente, el buen hacer a lo largo de estos 125 años han hecho que la Enológica se haya ganado el respeto del que goza y algo, por lo que personalmente me siento muy orgulloso, la absoluta confianza por parte de sus clientes. Este es el aval, junto con el compromiso y la dedicación de todos los trabajadores, que asegura el futuro de la centro.

– ¿Cuáles son los planes del Gobierno para la Estación?

– Uno de los objetivos que nos hemos propuesto es impulsar la actividad innovadora e investigadora en el ámbito público como ventaja competitiva y motor del sector agrario y agroalimentario riojano. El nuevo perfil de la enología requería una modernización tecnológica y estructural. Con la intención de mejorar y ampliar los servicios que presta la Estación, en los últimos años se han realizado importantes inversiones y también se ha reforzado el personal investigador. El volumen de trabajo no baja, y el número de muestras que recibimos sigue creciendo. En los últimos diez años, la actividad analítica se ha incrementado en un 40%. Precisamente para dar respuesta a las necesidades del sector seguimos trabajando y ampliando la oferta de analíticas. Nuestro próximo reto será la puesta en marcha de un nuevo Laboratorio de Microbiología, y la adaptación del Laboratorio de Calidad.

– Se ha invertido en tecnología como la nueva máquina de resonancia magnética, la nueva línea de microbiología... ¿Hasta dónde puede llegar la Enológica de Haro?

– Como ya he dicho, la Enológica busca dar el mejor servicio a sus clientes, y por tanto, su margen de trabajo tiene un recorrido paralelo al sector y a las necesidades que se planteen. En un momento como el actual, con excelentes datos de exportación, la Enológica nos sirve de termómetro para constatar cual es la situación, ya que se ha registrado un incremento de la demanda de analíticas por parte de las bodegas. La Estación ha fortalecido sus pilares con el paso del tiempo, adaptándose a la realidad del mercado y siendo fiel a la apuesta por los vinos de calidad que comparte con el sector. Siempre ha estado a la vanguardia, y no ha sido un camino fácil, pero el constante esfuerzo por actualizar los procesos de investigación y mejorar el asesoramiento a las bodegas y productores le han permitido llegar a este aniversario con un inmejorable estado de salud.

–¿Pasarían por los planes de futuro su integración dentro del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV)?

– No, son dos entidades complementarias pero su función es distinta y está claramente delimitada. El ICVV es un centro dedicado exclusivamente a la investigación, básica y aplicada; mientras que la Enológica ofrece un servicio de analítica riguroso y acreditado a organismos oficiales y bodegas; y por supuesto, brinda apoyo técnico a aquellos proyectos que el Instituto requiera.