Fernando Salamero. Presidente del Consejo Regulador de la DOC Rioja
Como sarmientos de la misma cepa, Estación Enológica de Haro y Consejo Regulador de la DOC se han alimentado de la misma savia, la que les proporciona el interés por el vino de Rioja y el arraigo a esta tierra. Tanto ha tenido y tienen en común que incluso llegaron a compartir presidentes cuando el Consejo era aún una incipiente institución. El actual, Fernando Salamero, reconoce la trascedencia que para Rioja tiene el centenario centro de investigación enológica jarrero y abunda en la imprescindible colaboración de la entidad que preside con la veterana Estación.
– La Estación estuvo íntimamente ligada al Consejo Regulador en su génesis. Con el paso del tiempo, el protagonismo como ‘guardián’ de las esencias de la DOC lo acaparó el Consejo. En su opinión, ¿se ha reconocido como merecería la importancia histórica de la Enológica para Rioja?
– Desde luego que sí. La estación ha sido pieza clave en todos los momentos históricos decisivos vinculados al mundo del vino. La labor ejercida por la Estación Enológica de Haro ha sido, y seguirá siendo, importantísima como un órgano que presta un servicio básico de análisis y de asistencia técnica a los demás organismos –tanto públicos como privados– del sector. Además, desde el Consejo Regulador destacamos principalmente su labor como parte de la Comisión Nacional de Métodos de Análisis desde el año 1984. Las funciones de análisis de control de maduración de la uva y de los controles de calidad que se llevan a cabo desde la estación son imprescindibles para la calificación de nuestros vinos.
– ¿Podríamos imaginar Rioja sin que hace 125 años se hubiese creado la Enológica?
– En la historia de Rioja nos hemos ido necesitando los unos a los otros siempre. Esa ha sido la única forma de poder dar esos pasos agigantados que han determinado la historia de Rioja. Unidos. De la mano. Sumando y aportando entre todos. Por lo que no, no nos imaginamos la historia sin la impecable labor de nuestros socios de la Estación de Haro. Sería imposible no haber contado con su ayuda en materia de recuperación del viñedo perdido –como consecuencia de la filoxera– o su labor de experimentación con variedades de cultivo de la región.
– ¿Cómo son las relaciones entre ambas instituciones en el presente?
– Muy positivas. Siempre yendo de la mano para garantizar el bien común de Rioja. Su labor durante la época de vendimia es indispensable para poder elaborar los boletines de maduración, un importante servicio que permite a los viticultores determinar la fecha idónea de vendimia en cada localidad y optimizar así la calidad de los vinos elaborados. Asimismo, merece un reconocimiento especial el servicio de valoración físico-química de las muestras, totalmente gratuito.
– La Enológica superó una importante crisis, que estuvo a punto de provocar incluso su cierre, con nuevas inversiones y ampliación de clientes para analíticas no sólo de Rioja, sino también de otras zonas vitícolas. ¿Es importante para Rioja contar con un laboratorio de referencia a nivel nacional?
– Por supuesto, en ella se analizan 26.000 muestras de vino al año. Necesitamos por tanto contar con ese laboratorio de referencia, al igual que con la ayuda de la Casa del Vino de Laguardia y de EVENA en Olite.
– La incorporación de laboratorios en las propias bodegas supuso un freno para la Enológica. ¿Hay espacio para laboratorios públicos y privados?
– Necesitamos ir de la mano, tanto las instituciones como los propios operadores. Sumando entre todos es la única manera de poder avanzar y aportar al sector. De esta forma, la Enológica, acreditada en el cumplimiento de la Norma UNE-EN ISO/IEC 17025, adquiere relevancia como certificador del autocontrol que ejecutan los operadores.
– ¿Ve posibilidades prácticas, para la labor de control y de garantizar la calidad de los vinos que persigue el Consejo Regulador, en los análisis de resonancia magnética con los que se pueden conocer al detalle el origen de los vinos?
– En cuanto que técnica novedosa, demuestra que la Enológica se encuentra a la vanguardia y ciertamente facilitar estas analíticas al Consejo Regulador pueden ser muy útiles para la trazabilidad de los vinos.
– ¿Tienen previsto desarrollar algún tipo de colaboración con la entidad a nivel de investigación o de análisis?
– La investigación, el desarrollo y la innovación constituyen un eje de actuación en la estrategia de Rioja, en donde, además de las iniciativas públicas y privadas, el Consejo quiere contribuir fortaleciendo las actividades e impulsando proyectos del interés general. Con este objetivo hay más que posibles probabilidades de que podamos colaborar con la Enológica para conseguirlo.