«Trabajaremos para seguir a la vanguardia y responder así a las demandas del mercado»

Elena Meléndez. Directora de la Estación Enológica de Haro

Elena Meléndez se ha convertido en la cuarta mujer que asume la dirección de la Estación Enológica de Haro tras relevar recientemente en el cargo a Montserrat Íñiguez. Conocedora a la perfección del funcionamiento del centro, Meléndez tiene claro cuál debe ser el objetivo a partir de ahora: prolongar la relevancia de la que ha gozado desde su fundación, hace ahora 125 años.

–¿Es un reto ser directora de la Estación Enológica de Haro?

–Es un honor y una responsabilidad muy grande. Lo primero en lo que pensé cuando me adjudicaron la dirección fue en todo lo que representa la Estación Enológica en el mundo del vino y del Rioja y en lo bien que lo habían hecho los antiguos directores. Ahora tengo la responsabilidad de mantener ese prestigio y, si se puede, llegar más lejos. De cualquier manera, si la Estación ha llegado hasta donde está ha sido siempre por la labor de sus trabajadores, personas muy implicadas que forman un equipo muy compacto. Sin ellos no iríamos a ningún lado. Aparte, contamos con los mejores equipamientos para estar siempre a la vanguardia del mercado.

–Cuando habla del equipo, lo hace con conocimiento de causa.

–Está claro. Yo empecé como becaria en la Enológica en el 2001 y he tenido la suerte de conocer todos los escalones por los que pasa la muestra desde que se recibe aquí hasta que se remite el informe. Todos los departamentos están conectados y, si uno falla, no se puede llegar al final del ciclo.

–¿Qué importancia juega la Estación en el sector vitivinícola riojano?

–Es una importancia capital en lo que se refiere al análisis y a la ayuda a la bodegas en temas como la exportación. Principalmente, lo que pretendemos en la Enológica desde su fundación es dar servicio al sector. Tampoco nos podemos olvidar que somos el laboratorio al que el Consejo Regulador trae las muestras para calificar y que tenemos numerosas líneas de trabajo aparte de la del análisis, aunque sea esta última por la que más se nos conoce.

–¿Cuáles son esos otros ámbitos de acción?

–Somos el laboratorio de la administración y, por esa razón, damos apoyo a organismos como la bodega institucional, entre otros. Por otra parte, tenemos un trabajo importante de investigación y colaboramos, por ejemplo, con el Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV) y con diversas universidades, De igual manera, hemos intervenido en proyectos para exportar el modelo Rioja a países que, en su día, quisieron entrar en la unión europea como Rumanía o Serbia. También trabajamos mucho en el mantenimiento de la acreditación porque actualmente un laboratorio que no está acreditado tiene muy poco que decir en el tema de análisis. Por último, ofrecemos asesoramiento en cuestiones tan importantes en la actualidad como la exportación.

–¿Qué papel tiene la formación?

–Para nosotros es muy importante. Ya el decreto de la Enológica del año 1892 tenía como máxima la enseñanza y desde entonces nosotros le otorgamos el valor que se merece. Hubo unos años en los que se hizo un esfuerzo muy amplio en este sentido, impartiendo conocimientos a los agricultores para mostrarles cómo se tenían que elaborar los vinos de forma correcta y que no tuviesen problemas a la hora de conservar sus caldos. Actualmente, esa formación se centra más en las becas. Nuestros becados suponen una gran ayuda y ellos tienen la oportunidad de entrar en contacto con la vida laboral y con los clientes del sector.

–La labor actual de la Estación Enológica abarca muchos ámbitos, ¿ha cambiado mucho ese trabajo desde su fundación hasta ahora?

–Hemos crecido. No tiene nada que ver el sector de hace 125 años con el de ahora. Antes el comercio interno se llevaba todos los esfuerzos y ahora las exportaciones tienen más importancia. Actualmente, el mayor peso en la Estación Enológica lo tiene el análisis, mientras que en los inicios la enseñanza era fundamental para intentar que el mundo del vino se recuperara de una época de crisis causada, entre otros motivos, por la filoxera. Aun así, siempre estamos disponibles para ayudar a las bodegas a encontrar soluciones a cualquiera de sus problemas.

–En cuanto a los análisis, ¿cada vez se controlan más parámetros?

–Aquí abarcamos muchas áreas:Control de Calidad, Resonancia Magnética Nuclear (RMN) y Microbiología. En este último ámbito se ha realizado una inversión muy potente para la construcción de un nuevo laboratorio que nos permitirá aumentar nuestra capacidad.

¿Qué retos se marca para el futuro?

–Los objetivos siguen siendo los mismos. Tenemos que estar listos para aquello que demanda el mercado y para satisfacer las necesidades de nuestros clientes. Además, podemos seguir creciendo en la parte de acreditación, en la expansión del laboratorio de Microbiología y en el RMN, que es hacia donde va el futuro. Este tipo de análisis se están utilizando en otros productos y proporcionan una gran seguridad en el control alimentario y en la lucha contra el fraude.