Bodegas Marqués de Cáceres. Cenicero

El compromiso comarcal de un marquesado

La bodega, en su 50 aniversario, apuesta por un sistema de primas al viñedo viejo para aprovechar las históricas parcelas de Cenicero

David Losantos, en Bodegas Marqués de Cáceres.

No sería la misma la historia de Rioja sin la contribución de Enrique Forner con la fundación de Marqués de Cáceres en 1970. La bodega de Cenicero, inmersa en su 50+1 aniversario (cosas de la pandemia), cambió radicamente el estilo de elaboración de vinos, con un mayor protagonismo de la fruta y la apuesta por la barrica francesa, más sutil que el roble americano, para la crianza y la larga guarda de vinos.

Marqués de Cáceres, vinculada a fuego a Cenicero, la localidad elegida por Forner como centro de operaciones por la calidad de sus viñedos y por el saber hacer de sus viticultores, se encuentra inmersa en una etapa de «evolución que no de revolución», matiza su actual gerente, David Losantos, sustituto de Felipe Aizpún por jubilación.

Al frente de la nave continúa Cristina Forner, hija de Enrique, quien mantiene la propiedad familiar y quien contribuyó decisivamente a expandir la marca por todo el mundo: «Estamos actualizando la casa a los nuevos tiempos y el viñedo va a ser una parte muy importante de esta nueva etapa».

En este sentido, la expansión de Marqués de Cáceres a otras zonas vitícolas españolas, como Rueda y Ribera del Duero, se ha plasmado en la construcción de nuevas bodegas para elaborar vinos de sus propios viñedos, pero Rioja es diferente». «Forner, en su momento –explica Losantos– optó por sellar alianzas, irrompibles en el tiempo, como la que hizo con la cooperativa Santa Daría y con muchos viticultores del pueblo y la zona, cuyos hijos hoy mantienen hoy en día el vínculo contractual con Marqués de Cáceres». «Nuestro vínculo –continúa– con Cenicero y proveedores de otras zonas de Rioja Alta y Alavesa no se va a romper porque, precisamente, eso es sostenibilidad en forma de compromiso social y económico con la zona y con sus gentes».

50 aniversario

Precio 200 euros

Quizás el mejor vino que haya hecho Marqués de Cáceres, con una rigurosa selección de tempranillo (90%) de viejos viñedos. Un vinazo para conmemorar el medio siglo.
50 aniversario

Losantos sí que ha apostado por la compra de unas 30 hectáreas en propiedad –«una mínima proporción para trabajar pequeñas experimentaciones y vinos muy concretos»–, pero sobre todo por garantizar la supervivencia del viñedo viejo de Cenicero: «Hemos pateado mucho los viñedos y vimos viñas maravillosas que estaban prácticamente abandonadas, así que nos dimos cuenta de que estábamos perdiendo un patrimonio y que había que actuar».

Desde la pasada vendimia, Marqués de Cáceres ha puesto en marcha un sistema que valora la uva por calidades, como siempre, pero también con una prima a los propietarios de estos viñedos viejos: «Hacemos un seguimiento de las viñas y vemos qué parcelas pueden ser diferenciales, guiamos al viticultor y vendimiamos en cajas, labor de la que nos ocupamos nosotros directamente».

De momento, Marqués de Cáceres ha creado una especie de ‘club’ con estos viticultores de ‘viñedos especiales’: «Vamos sumando hectáreas y la idea es seguir haciéndolo en los próximos años, generando además un ‘pique’, una competitividad sana entre viticultores para formar parte de esta selección».

David Losantos cree que la sostenibilidad se asienta sobre dos pilares fundamentales: «La parte ecológica y verde, pero igual o más importante es la responsabilidad social y económica como empresa». Dentro del primer punto, el ‘verde’, la bodega ya elabora un vino ecológico ‘Bio de Marqués de Cáceres’ y la idea es profundizar e ir animando a sus proveedores a una viticultura más sostenible, mientras que también ha apostado por las placas solares con el fin de garantizar alrededor del 30% de energía de autoconsumo: «Es lo que se puede hacer en una industria como la nuestra, en la que el uso energético es más por picos que por constancia y regularidad, pero insisto en que nuestra aporte más sostenible es el compromiso con el pueblo con y sus viticultores y con el resto de zonas con las que trabajamos». Losantos considera que «tenemos que trabajar mucho para evitar que Rioja se desnaturalice y ello implica hacerlo con calidad y con este tipo de compromisos».